LA PRENSA DE LARA.- RONALD Acuñ;a Jr. es noticia permanente. Que si va, que si viene. Que si esto o lo otro. Clásico Mundial sí o no. En fin, es la auténtica figura o contrafigura cuando juega o no juega. Es un muchacho afanoso de protagonismo, producto del salto veloz que ha dado en su vida pública. Eso no es fácil de administrar, especialmente con jóvenes como él. Es un caso que debe ser tratado con la atención que merece alguien con unas cualidades excepcionales para jugar a la pelota… LO que vimos en el careo del martes rompió los moldes. Celebración estruendosa generadora de reacciones también inadecuadas y peligrosas en las tribunas, donde hay mucha adrenalina con todo tipo de caracteres. Y, además, unos cuantos desadaptados. Ronald Jr. no necesita de eso para mostrar su calidad facturada con herramientas poderosas. Hay quienes aplauden el llamado «perreo», palabra desagradable. A otros no nos cae bien. El asunto radica dentro de que límites hacerlo, sin ofender al oponente. Ni con demasiado, ni con poco. Y que sepan, las pitas del público forman, guste o no, parte del asunto… AH, y en la LVBP deben actuar de manera tajante para evitar los desaguisados que estamos viendo reiteradamente. Festejos no menos exagerados, con palabrotas que traducimos claramente por televisión y retos para el contrario, como si fuera enemigo en lugar de rival. No necesitamos nombrar a los que actúan de tal forma porque cada quien los vio en tantos canales que llegan a nuestras casas. De malos ejemplos estamos hasta la coronilla en este país. No manchemos ese bonito juego, ese espectáculo formidable que es el béisbol.
A Carlos Mendoza le tocó la misión de continuar una racha exitosa. Lara se metió en cinco finales al hilo y la tarea del estratega barquisimetano era seguir en esa onda con una escuadra algo parecida a la que se tuvo en esa cadena afortunada. Una atrapada que no se hizo, un batazo que no se dio, un relevo inefectivo. En fin hay muchas cosas, detalles del juego que impidieron el acceso a otras dos series culminantes. El aficionado común, siempre anhelante de triunfos, voltea invariablemente hacia el piloto cuando muchas cosas no se logran. Eso es y será, por aquí y por allá. En la LVBP ser dirigente es uno de los oficios más ingratos. Bueno, Wilfredo Romero ha sido manager del añ;o en dos ocasiones seguidas, una de ellas campeón. Y no ha continuado con sus respectivas escuadras. Mayor ejemplo que ese no hay. Lo acaban de cesantear de los Tigres porque no llegó a la final, especie de sentencia para quien quiera continuar en el trabajo de conducir un equipo en este circuito… SI recordamos algo que está todavía caliente — los infortunios del cuadro larense en diferentes aspectos — Mendoza hizo una buena labor. Puede ser que — como cualquier otro estratega — un día no sacó al pitcher a tiempo u ordenó una jugada que nos pareció extrañ;a. O no hizo la alineación que nos gustaba. Puede ser, en efecto, pero no llegar a la final no significa un estricto fracaso, especialmente para quien no tuvo las piezas suficientes para el jaque mate en el round robin, valga decir en los primeros compromisos. Un hit más, un solo lanzamiento eficaz, una jugada de fundamento bien lograda, habrían cambiado la historia. Y los comentarios entre los aficionados y nosotros serían diferentes. Hay buenos managers que no ganan porque hay factores que lo impiden. No sabemos si Mendoza quiere volver — creemos que no — y si la oficina así lo quiere. Veremos. Lo cierto es que aquí, en Lara, hemos visto muchos pilotos de fuste que no ganaron porque sus peloteros no pudieron. Y siempre es mejor mencionar un solo culpable que acusar a un roster.
SCOTT Rolen (76,3%) se metió por la baranda para llegar a Cooperstown. No había candidatos fuertes y otros quedaron anulados por la era esteroidea. Sus números son de un buen jugador, no de una super estrella, pero aprovechó la orfandad de candidatos firmes. Si nos basamos en ese medidor, Bob Abreu (15,4%) tiene chance de ir creciendo para arribar al gran salón de los inmortales. Rolen logró en el primero de sus seis añ;os de elegibilidad solo el 10,2%. Adrián Beltré, elegible en el 2024, podría llegar de un solo viaje con sus 3.166 hits y 477 jonrones… LA gran final venezolana se dilucidará como la eliminatoria y el round robin, o sea a batazo limpio. Ganará quien tenga el pitcheo menos malo, menos inefectivo. En los dos primeros cotejos se anotaron 27 carreras. El campeón rebuscará entre el rival vencido y los disponibles de otros clubes, algunos lanzadores para encarar una Serie del Caribe que se antoja muy exigente. Sepan que Caracas, puntero del todos contra todos, recibió en esa instancia 101 anotaciones — la mayor cantidad entre los cinco participantes — y la efectividad colectiva fue de 6.00. Claro, Lara en dos juegos le anotó 28 rayitas… EN la final dominicana, Licey (4-1) tuvo ERA de 1.96, y Estrellas Orientales 2.84. En la campañ;a regular el colista Toros del Este dejó efectividad de 3.65. Por eso, Licey fue líder en bateo con un bajísimo .239… TOCA a los Vaqueros de Montería defender el cetro colombiano logrado en la pasada Serie del Caribe… MAKO Oliveras, 76, llevó al Mayagüez, antenoche, al título en borinquen.
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