LA PRENSA DE LARA.- UN gran estafador de almohadillas es nuestro personaje de la fecha. Cumple hoy 80 años. Lo vimos muy de cerca hace 54 anualidades cuando vino a reforzar al Cardenales de Lara, temporada 68-69. Antes, con 23 calendarios, había sido ficha del Caracas, anexándose un total de seis robos, mientras con los alados contabilizó 17. Algunos lo llaman «Campy«, otros lo citan como Bert. Su nombre de pila es Dagoberto Campaneris Blanco, nativo de Pueblo Nuevo, Cuba, uno de los mejores utilitys que ha dado la isla, jugador de alto relieve por su accionar brioso, impetuoso, emocionante. La capacidad para ganarse una base extra era tal que aparece en el puesto catorce entre los escamoteadores de todos los tiempos en Grandes Ligas, sumando un gran total de 649 robos. Para tener un desempeño exitoso en las bases hay que llegar a ellas. Campaneris fue un buen bateador de promedio. En su estreno con los Leones (65-66) alcanzó average de .333 y con Lara despachó para .335. Volvería con los capitalinos en la 72-73 (.276) y su despedida en este circuito ocurrió nuevamente con el bando crepuscular (82-83), montado ya en los 40 años de edad. Solamente golpeó tres hits en 41 turnos (.073) y no alcanzó a darles ayuda sustancial a los pájaros rojos.
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& ; & ; & ;HURGAR en el enorme reporte estadístico de Campaneris es un lujo. Jugó en el máximo estrato durante 19 zafras y hasta los 41 años. Lo mismo se desempeñaba en el cuadro interior que en los jardines. Su divisa de mayores éxitos fue Oakland, cuya camiseta vistió por trece torneos. En la posición preferida, el shortstop, vio acción en 2.097 encuentros, pero igualmente defendió con frecuencia las otras ubicaciones del infield y los tres jardines. Era tal su polivalencia en el campo que el 8 de septiembre de 1965 jugó las nueve posiciones, siendo el primer grandeliga de la historia en hacerlo. Un detalle anexo es que en el montículo pitcheó desde ambas manos en ese partido. Su estreno en las Mayores ocurrió con Kansas City en 1964, vistiendo por tres años más la franela de los Atléticos. Otro pimientoso dato es que su primer careo en la carpa grande fue de novela. Conectó un par de cuadrangulares en ese estreno el 23 de julio del mencionado año 1964. El primer pitcheo que vio en Grandes ligas fue del zurdo Jim Kaat y voló la cerca inmediatamente. No era un bateador de poder. Solo en 1970 pudo superar los diez vuelabardas en una temporada, sumando hasta 22 con Oakland, equipo al cual ayudó a triunfar en las Series Mundiales 1972-1973-1974, en la del 73 tronando par de jonrones. Eran los afamados Atléticos de Reggie Jackson, Sal Bando, Joe Rudi, Mike Epstein, «Catfish» Hunter, Vida Blue, Rollie Fingers, Ken Holtzman. En esas escuadras campeonas compartió con Vitico Davalillo, Manny Trillo y Gonzalo Márquez… AL llegar a Oakland en 1968 se robó 62 bases y repitió con esa misma cantidad al año siguiente. En otras cuatro zafras sobrepasó las cincuenta estafas. En sus cuatro primeras temporadas completas burló a los receptores en 282 ocasiones, una gran cifra. En 1965 lideró la Americana con doce triples, y en 1967 la casilla de los imparables (177). En siete ocasiones repartió al menos 150 indiscutibles. Seis veces fue convocado al Juego de Estrellas… VOLVAMOS a Venezuela para indicar que en la serie final de la 72-73, con los Leones y frente al Zulia, ligó para .391 (23-9). Hace unos cuantos años vino al país para dar unas clínicas con Luis Tiant. Lo trajo y lo atendió Rubén Mijares. En esa oportunidad departimos largamente con este cubano de tan brillante ejecutoria en el circuito criollo. A la distancia, feliz cumpleaños 80, «Campy«.
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& ; & ; & ;LA campaña de Rob Manfred para desalentar a los aficionados no tiene tamaño conocido. Ahora se pretende prohibir las formaciones especiales de la defensiva, los shifts, argumento repotenciado por la sabermetría, detalle que simplemente hace más científico el juego de pelota… NO nos imaginamos a los árbitros señalándoles a los peloteros del cuadro y los jardines donde deben pararse y hasta donde lo pueden hacer. Prohibirán que haya tres infielders entre segunda y tercera o segunda y primera. Falta que más adelante sean los bateadores los que ordenen cómo debe colocarse el contrario en el cuadro interior. La idea es favorecer a los toleteros, como si ya no tuviéramos suficiente con marcas exorbitantes de cuadrangulares. Tras este desmadre que se le hace al juego seguramente pretenderán desde MLB que no se tiren sliders dañinas ni cambios eficaces contra los muchachos que esgrimen el barquillo. Los mandatarios de Grandes Ligas quieren más carreras, que los marcadores sean más abundantes, los averages con más resonancia. Ya antes se habló de incrementar la distancia entre la caja de pitcheo y el home plate. Cualquiera puede creer que se trata de una operación de exterminio contra un deporte que no requiere de tales modificaciones absurdas. Esperemos, pues, que los bates sean más gruesos, las pelotas más grandes y las bases más cercanas. Desde nuestro palco tradicional seguiremos prefiriendo un juego 1-0 o 2-1, que alguno 15-14 o 20-18.
Estamos en tiempos de guerra contra lo bueno de este deporte.& ; & ; & ; & ; & ; & ; & ; & ; & ; & ; & ; & ; & ; & ; & ; & ; & ; & ; & ; & ; & ;
@alfonsosaer