Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- Como si fuese su hogar, así se sienten los abuelos que residen en la Casa Hogar Dr. José Gregorio Contreras, ubicado en la calle 48, al sur de la ciudad, la cual atiende a 32 ancianos que en su momento estuvieron en situación de calle.
«Me siento muy contenta del trabajo que se ha venido realizando en la casa hogar, porque no somos un ancianato y mucho menos un asilo, somos un hogar», dijo Anneli Acosta, quien fundó la casa hace 12 años cuando recibió un crédito al quedar damnificada en El Junquito, Distrito Capital.
Acosta resalta que la rutina de los abuelos les permite estar tranquilos, ya que tienen sus comidas aseguradas, su aseo personal y por lo menos parte de sus tratamientos.
«La rutina de los abuelos es muy sencilla, se levantan a las 6:00 a.m. y ya a las 7:00 están desayunando, incluso hay algunos que desayunan a la 6:30, ya que conforme va saliendo la comida voy repartiendo», comentó.
Destaca que para preparar la comida de los ancianos se levanta a las 5:00 a.m. y tras entregar el desayuno, comienza a hacer el almuerzo, ya que siempre busca que las comidas las consuman a la hora que corresponde. «Realmente no me gusta que esperen por sus alimentos», dice.
El día a día de los abuelos transcurre entre risas y acompañamiento de los 6 cuidadores de la casa hogar, Acosta destaca que estas personas lo hacen con el mayor amor y por voluntariado, pues actualmente no cuentan con los recursos para darles un aporte económico.
«Todas las personas que estamos aquí estamos por amor a ellos, porque ahora no nos es rentable darle un aporte económico, pese a que la mayoría de los ancianos recibe su pensión», asegura.
Esta tranquilidad de tener un techo donde dormir y sus comidas seguras es retribuida en agradecimiento por los ancianos que hacen vida en la casa.
«Aquí estamos muy tranquilos, tenemos nuestras comidas seguras, en las tardes conversamos y recordamos de nuestras andanzas cuando éramos más jóvenes», dijo el abuelo Armando Deffendini.
Anneli hace un llamado para los familiares de los abuelos, ya que hay algunos que saben que están en la casa hogar y no les dan una manutención para sus alimentos.