Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- A cuentagotas, así aseguran dirigentes vecinales que llegan las reparaciones a sus comunidades, pues deben esperar por meses e incluso años para que su sector sea atendido por las empresas públicas prestadoras de servicios.
Una de las empresas por la que deben esperar más tiempo, según denuncian dirigentes, es Hidrolara. Aparentemente, en la actualidad no cuenta con la capacidad de respuesta tanto de personal como de maquinaria para resolver las averías que se presentan en los diferentes sectores de Lara.
Gustavo Zerpa, dirigente vecinal de El Jebe, al norte de Barquisimeto, aseguró que hace poco menos de dos semanas la hidrológica del estado fue a reparar uno de los tantos botes de agua que tienen en la comunidad, aseguró que lo habían priorizado por las afectaciones que estaba causando al asfalto.
«El bote ciertamente no tenía mucho tiempo, pero nos afectaba a todos los vecinos, creemos que lo repararon por todas las consecuencias que causaba, como la afectación al ambulatorio y a la calle, pero los demás botes que hay en la comunidad y que son de aguas negras tienen hasta años y no los reparan», se quejó Zerpa.
El vecino detalló que desde que se entra a la comunidad se puede ver la «indolencia del gobierno regional», pues las calles están llenas de huecos o con grandes charcos pestilentes por los colapsos de las aguas negras, situación que los tiene en alerta ante posibles enfermedades de la piel o respiratorias.
Otro sector que también recibió atención luego de meses, pero donde aún quedaron algunas afectaciones es en San Vicente, al oeste de la ciudad. En esta zona repararon un bote de agua, pero quedaron otros que perjudican de igual manera a los habitantes de la comunidad.
Corpoelec es otra de las empresas que los larenses aseguran no responde con rapidez.
Denuncian que si un transformador se daña pueden pasar semanas sin el servicio eléctrico, porque la corporación eléctrica no tiene para reponerlo, al igual que Hidrolara falta personal capacitado y equipos.
«Estamos sufriendo por el transformador, ojalá no se caiga porque quién sabe cuándo lo volverán a poner», comentó con preocupación Gregoria Yépez, vecina del sector Caja de Agua, al oeste de Barquisimeto.