lunes, 9 junio 2025
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Familiares de pacientes del HCUAMP sin área de descanso

María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Bien sea en el día o en la noche, los familiares de pacientes que están recluidos en el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda de Barquisimeto, no solo tienen que enfrentarse con la preocupación de una enfermedad, sino que a eso se le suma las calamidades que deben pasar porque la sala de espera esta cerrada.

Algunos buscan cartones, otros llevan una colchoneta o unas cuantas almohadas y cobijas y se acuestan a dormir en pleno piso, prácticamente frente a la emergencia del hospital o también fuera del área de la sala de partos. Allí llevan sol y lluvia, mientras esperan la mejoría de sus familiares.

LA PRENSA constató que la sala de espera está cerrada. En la puerta lo primero que se ve son unas sillas arrumadas que impide el paso, además que parte del techo está en el piso.

«No tenemos un lugar donde estar, porque esa sala está cerrada», dijo el señ;or Gabriel Alvarado, quien es de un caserío de Santa Inés, municipio Urdaneta y está pasando trabajo, durmiendo en el piso entre cartones y una que otra colchoneta. Agregó que su familiar ya sumó más de un mes hospitalizado y aun continúa tras sufrir un golpe en la cabeza.

Agregó que por lo lejos que esta su casa no pueden ir y venir con frecuencia, por lo que están instalados en la iglesia que queda frente a la emergencia del hospital. Así como él, están todos los familiares de los demás pacientes.

Ésta sala de espera fue construida durante la gestión del exgobernador de Lara Henri Falcón y contaba con sillas de descanso, bañ;os y un altoparlante por donde se anunciaban los ingresos de pacientes y su evolución. Tiene aproximadamente 5 añ;os clausurada.

 

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Una de las principales reglas es acercarse con empatía y paciencia, sabiendo que la primera reacción puede ser evasiva, por temor a que les abran un procedimiento, pero les explican que sólo les tienen una propuesta para solventar su situación. Yrene Mendoza, directora de la Fundación "Jóvenes de la Patria", explica que la mayor incidencia está entre 19 a 33 años de edad, aplaudiendo que ocho de estos jóvenes retomaron sus estudios de secundaria y la mayoría que aceptó la reinserción, optó por la formación vocacional, aprendiendo un oficio como cocina, barbería, técnico en refrigeración, carpintería y sublimación.

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