Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- Desde hace algunos años, el sueño del venezolano de tener su vivienda propia se ha vuelto inmaterializable debido al poco poder adquisitivo que tienen los ciudadanos y al fenómeno de la hiperinflación, el cual apenas permite que con sus ingresos compren algunos de los productos de la canasta básica para alimentarse, ante esta situación muchas personas habían tomado como opción el construir sus viviendas desde cero, de bloque y platabanda; sin embargo, esta ya no es un opción probable debido al alto costo de los materiales y de la mano de obra.
Y es que para construir una pieza pequeña que mida 3 metros de largo por 6 de ancho, en donde se incluiría un cuarto, baño, cocina y comedor, se necesitan al menos 1.812 dólares sólo para la compra de materiales, cifra que se refleja en bolívares en Bs.7.392.974.206,08, la cual excede de manera desproporcional el ingreso por sueldo mínimo del venezolano, el cual es de apenas Bs. 7.000.000, por lo que levantar una estructura y pagar la mano de obra se vuelve muy cuesta arriba, si no se tiene otra entrada de dinero.
Este presupuesto que precisó LA PRENSA sólo incluye materiales básicos como cabillas, bloques, cemento, arena y láminas de zinc, pues con 1812 dólares no se podrían costear gastos de puertas, ventanas, frisado y tuberías que se necesitan a la hora de construir una vivienda.
Según los registros que lleva LA PRENSA, para el año 2019 se necesitaban de al menos 500 dólares para poder levantar una vivienda de 3 metros cuadrados. Pero la inflación disparó la inversión en materiales y mano de obra.
La imposibilidad de construir una casa es corroborada por algunos de los habitantes del sector Ciudad Bendita, al oeste de la ciudad de Barquisimeto, quienes aseguran que se han mantenido en sus viviendas tipo rancho debido a que les resulta muy difícil construir una pieza de bloque sin tener una ayuda desde el exterior, ya que con sus trabajos no les da la base para levantar una vivienda, así sea de láminas de zinc o tablas.
«Hasta construir un rancho es costoso, porque las láminas de zinc cuestan alrededor de 12 dólares, quien no construyó cuando pudo es muy poco probable que pueda construir o armar un rancho, porque también tiene un valor muy alto», dijo Adriana Giménez, habitante de Ciudad Bendita.
Anyeli Rodríguez, quien es vecina del mismo sector, comentó que aunque vive desde hace 8 años en la comunidad, actualmente es que ha logrado ahorrar algunos dólares para comprar materiales y levantar un muro para ir progresivamente construyendo su vivienda.
«Es muy difícil construir porque los materiales están muy costosos y es muy poco lo que uno gana, en mi caso primero estoy haciendo el muro que da hacia la zanja, ya tengo que volver a reunir para hacer otras paredes», dijo Rodríguez, resaltando que sólo en un muro había gastado 400 dólares, debido a que tuvo que comprar bloques los cuales se consiguen en 0.30 centavos de dólar y al menos 10 sacos de cemento, cuyo valor es de 8 dólares cada uno.
Rodríguez resaltó que esta sería la primera etapa de su vivienda mientras logra reunir para comprar otros materiales, pues esos 400 dólares que gastó inicialmente no incluyeron la mano de obra.
Sector paralizado
Ronald Arias, presidente de la Cámara de la Construcción, aseguró que el metro cuadrado de una construcción actualmente está entre el orden de los 400 y 600 dólares con acabados convencionales, por lo que el venezolano se ha dedicado sólo a hacer pequeñas reparaciones en sus viviendas debido a que es para lo único que le alcanza, lo que ha paralizado el sector en un 95%.
«Ahorita es más costoso hacer una casa, cuando se tiene un mercado secundario con tantas ofertas, así mismo el poder adquisitivo está por el suelo y nadie está en capacidad de comprar», dijo Arias, quien aseguró que ya no es frecuente ver desarrollos inmobiliarios nuevos.
El ingeniero destacó que esta caída en el sector se debe a múltiples factores, algunos de ellos es que ya no se están otorgando créditos bancarios, la hiperinflación, la pandemia, la falta de insumos, falta de confianza y sobre todo el poco poder adquisitivo.
«Son varios los factores que están generando la paralización del sector estamos en ese 95 por ciento de paralización, lo único que vemos es remodelaciones de locales comerciales y vivienda, a nivel público no hay mayores inversiones«, manifiesta.
Esta situación también es corroborada por el vicepresidente del Colegio de Ingenieros, Julio Gutiérrez, quien precisó que al menos unos 30 mil empleados del sector construcción han quedado sin trabajo debido a la paralización del mismo.
«Desde que el estado comenzó a centralizar las empresas, hemos visto cómo el sector ha ido cayendo, se podría decir que al menos unos 30 mil empleados en el país han quedado sin trabajo por la paralización del sector», dijo Gutiérrez.
Desde la Cámara de la Construcción en el estado, aseguran que ya no hay obras de infraestructura que son las que mayormente se encarga el estado como la vialidad, carreteras, escuelas, hospitales, debido a que no hay inversión pública.
Los ingenieros precisaron que el sector construcción viene cayendo progresivamente desde el año 2013; sin embargo, con la acentuación de la crisis económica y que se agudiza cada vez más, hace que no se vea una salida a corto plazo.
«No se ven alternativas y no hay propuestas mientras no se recupere la industria petrolera que de alguna manera haya un ingreso en divisas, se flexibilice el canje bancario no se ve a corto plazo una salida», finalizó.
Que no haya solución a corto plazo golpea directamente al venezolano, pues quien tenga el sueño de tener su propia casa no lo podrá hacer si no se estabiliza la economía y si el Gobierno nacional no detiene el fenómeno de la hiperinflación, que ha hecho que cada vez la moneda nacional pierda más valor ante el dólar.
Ladrillos de adobe caseros son el último boom en Lara
Las casas hechas de adobe, el cual es uno de los materiales más antiguos de construcción, ha sido una de las opciones para los larenses que están cansados de vivir en ranchos, pero que no tienen la posibilidad de hacer una vivienda de bloques y cemento.
«Tuve que construir mi casa con adobe porque es más económico, ahorita es muy difícil hacer una vivienda porque todos los materiales están muy costosos; sin embargo, voy poco a poco, porque tampoco es fácil ya que a pesar que es más barato, igualmente no se consigue el dinero», dijo Lidia Martínez, quien vive en una de las invasiones cercanas a Los Crepúsculos.
Martínez precisó que la construcción de su vivienda con adobe tiene al menos un año, debido a que para comprar 1.000 adobes debe disponer de 50 dólares, a cuyo gasto se suma el monto de pagar el traslado del mismo, y para poder terminarla necesita de al menos 6000 mil bloques, por lo que debe disponer de 300 dólares.
«Todo lo que agarro lo trato de ahorrar, pero es difícil, porque tengo que comprarle la comida a los niños también, por lo que cada vez la construcción dura más, aún me faltan las tapas de zinc, esas también las tengo que comprar y esas sí son más costosas», comentó Lidia.
Hacer las viviendas de adobe, pese a que no son del todo seguras debido a que son hechos de arcilla y arena y con una fuerte lluvia puede ceder su estructura, se han convertido en una opción en las barriadas, incluso hay personas que compran los materiales y en los patios de sus casas los comienzan a elaborar.
Buscan sus propios moldes y hacen la mezcla como una manera de ahorrarse, aunque sea un poco y así poder ir avanzando más rápidamente en la construcción, pues aseguran que vivir hacinadas varias personas en un rancho no es nada cómodo.
Albañiles con pocos trabajos
Debido a la crisis económica y al poco poder adquisitivo que ha hecho que el sector construcción se encuentre paralizado, los albañiles han quedado a la deriva y dedicándose a otros oficios para poder mantenerse, ya que no se están haciendo grandes obras en la entidad.
Los mismos aseguran que esta situación se agravó con la llegada de la pandemia y las restricciones impuestas para evitar los contagios por coronavirus, debido a que las ferreterías no abrían todas las semanas.
Asimismo, las pocas personas que están construyendo buscan el más mínimo personal para evitar hacer grandes gastos en mano de obra, pues la gran parte del presupuesto quieren dedicarla a materiales para que les permita avanzar en sus construcciones, pese a ir un poco más lento.