LA PRENSA DE LARA | Agencias.-& ;Ahymara Espinoza registró este viernes 30 de julio 17.17m en su mejor lanzamiento y no alcanzó estar en la final de impulso de bala femenina en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020.
La venezolana abrió con 17.17m, seguido de 16.74m y 16.50m, para situarse en el puesto 12 en su grupo y de 25 en la tabla final.
«Estoy aquí representando a mi país. Me siento satisfecha de haber estado aquí. Me siento campeona, me siento ganadora, porque pasé por muchas circunstancias y el hecho de estar aquí es algo que me motiva y me llena. No salieron los resultados como quería, pero nada, a seguir luchando y mejorando», dijo Espinoza una vez terminada la competencia.
Aseguró que se enfocará en trabajar para participar en el mundial de esta disciplina que se celebrará el próximo año.
Una historia de superación
Ahymara Espinoza logró su clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 pese a tener muchas circunstancias en su contra.
Sin apoyo sostenido de las autoridades deportivas venezolanas o un entrenador, Espinosa no se rindió y continuó practicando en condiciones precarias en un polvoriento campo de béisbol de su pueblo natal de San José Barlovento, en el estado Miranda.
Entre 2020 y 2021, la atleta se vio abrumada por múltiples obstáculos que le impidieron participar en torneos internacionales, por la crisis venezolana y la pandemia de coronavirus.
En septiembre del año pasado, Espinosa tuvo que interrumpir su preparación en Eslovenia. Al volver a Venezuela, no recibió apoyo alguno para continuar su preparación, por lo que se vio forzada a entrenar por cuenta propia.
En una entrevista concedida a The Associated Press hace unos meses, la deportista dijo que se vio en la necesidad de realizar múltiples labores para poder brindar sustento a su familia y poder costear sus gastos de entrenamiento.
Para paliar el déficit en sus ingresos, tuvo que revender licor para conseguir dinero extra, y también usó su vehículo como taxi.
Ahymara Espinoza practica el lanzamiento de bala desde los 11 años de edad. Fue ganadora de la medalla de oro en los Juegos Bolivarianos de 2013 en Perú y medallista de plata en los Juegos Suramericanos de 2018 en Cochabamba. También estuvo en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
La atleta de 36 años de edad entrenó en solitario durante 9 meses, en condiciones no aptas para un atleta de alto nivel.
«A veces la gente juzga severamente cuando un deportista no logra ganar una medalla, pero no saben el trasfondo, lo que un atleta pasa para conquistar sus sueños», manifestó Espinoza a AP.
Fuente informativa: El Nacional.