Agencias | LA PRENSA DE LARA.- Las autoridades venezolanas confirmaron este martes, 17 de agosto, el primer caso de mucormicosis, también conocido como hongo negro. Se trató de una mujer de 50 años de edad del estado Mérida, la cual se en encuentra en la unidad de terapia intensiva.
Esta es una rara infección que ennegrece los tejidos y, según las estadísticas, tiene una alta incidencia en pacientes contagiados o recuperados de la COVID-19. Dependiendo de las condiciones base, puede tener entre 40 % y 80% de mortalidad, según la agencia de noticias EFE.
Para infectarse con este hongo es necesario entrar en contacto con las esporas del hongo, las cuales están presentes en el aire o en el ambiente. Es decir, no es contagiosa entre personas o animales y se desarrolla si tiene condiciones propicias, como diabetes o la inmunodepresión.
«Las bacterias y los hongos están presentes en nuestro cuerpo, pero el sistema inmunológico los mantiene bajo control», explicó K. Bhujang Shetty, director del hospital Narayana Nethralaya de India.
Hongo negro y la COVID-19
Sylvain Aldighieri, funcionario de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), indicó que es una «infección micótica oportunista». Por ende, esta se aprovecha de las condiciones que genera la COVID-19 para desarrollarse.
«En los pacientes con COVID-19 graves en fase activa o en fase de recuperación existen múltiples factores de riesgo o comorbilidades, tal como inmunosupresión causada por corticoides», explicó a la agencia de noticias EFE.
Algunos especialistas sospechan que la COVID-19 es un «factor de riesgo» por el uso de esteroides. Esta droga reduce la inflamación de los pulmones y detiene algunos daños de la enfermedad, pero, a la vez, disminuye la inmunidad y aumenta los niveles de azúcar en la sangre.
En consecuencia, el hongo negro no es una enfermedad que esté directamente vinculada al coronavirus. Sin embargo, los casos graves de la COVID-19 pueden generar el escenario propicio para que el hongo se desarrolle.
¿Cuáles son los síntomas?
El hongo negro destaca por la hinchazón y el dolor en el ojo, sumado a párpados caídos, visión borrosa. También se puede presentar congestión y sangrado nasal, además de dolor de cabeza y las notables lesiones negras.
El hongo negro puede generar la pérdida del ojo; los médicos alegan que los pacientes llegar demasiado tarde para ser tratados y la única opción para evitar una infección cerebral es extirpar el globo ocular.
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