Rojas / López | LA PRENSA DE LARA.- Sus vidas dependen de un riñ;ón artificial con diálisis interdiarias que pueden extenderse por tiempo indefinido y terminar con alguna discapacidad física. Desde el estado Lara hay 20 pacientes renales con sus donantes vivos y sólo esperando que se concrete el anuncio gubernamental, para retomar los trasplantes en la región y terminar esa larga espera para ser atendidos en el Hospital Militar de Caracas.
La desesperación empieza a ganar espacio, cuando la alegría del anuncio presidencial de noviembre de 2021 prometía retomar el programa de trasplantes de riñ;ón que lleva 4 añ;os paralizado y dejaba la esperanza en el Hospital Militar de Caracas. Alternativa que representa más sacrificio para los pacientes del interior, quienes deben pagar un costo muy alto sólo para el traslado y sin la garantía de una pronta atención, independientemente del perfil de cada paciente.
Piden esa oportunidad de quienes han tenido la dicha de ser trasplantados, tal como el oftalmólogo Julio Baptista, quien renació hace 15 añ;os con trasplante de hígado y riñ;ón realizado en Medellín, Colombia. «Estuve a punto de morir, incluso caí en coma por una cirrosis hepática que comprometió al riñ;ón», exclama de esa recuperación de la calidad de vida que le permitió seguir ejerciendo su carrera como médico.
Sus voces gritan al unísono, cuando Susana Mujica, desde la Fundación Amigos del Paciente Renal en Lara (Fundaprel), confirmó la dramática situación que atraviesan 20 pacientes renales, quienes cuentan con sus donantes vivos y tienen todos los exámenes listos, sólo a la espera de la atención desde la entidad y clamando por este tipo de intervenciones en el Hospital Central Antonio María Pineda o cualquier otro centro apto para tales efectos.
No soportan tanta espera ni la incertidumbre de un llamado desde la capital del país, que tiene una alta demanda a nivel nacional. Recalca que la única exigencia es ese llamado a la voluntad política, para que se retome el programa regional con la garantía de especialistas, los equipos y ese tratamiento de alto costo para que el órgano se adapte al organismo. Además de la denuncia por las fallas en la dotación de fármacos para pacientes renales desde el Seguro Social, quienes terminan descompensados y a largo plazo con estados de descalcificación, siendo condenados a alguna discapacidad física que puede ser progresiva desde el uso de muletas, dependencia a andadera y terminar desplazándose en sillas de ruedas.
Héctor Colmenárez, diputado y titular de la fundación, precisa que tienen un promedio de 1.250 pacientes renales en Lara, quienes esperan calificar para trasplantes y dejar de depender de las diálisis que dejaron de ser al estándar de 4 horas y suelen presentar problemáticas en la operatividad de las máquinas. Reitera que no se conoce una lista de espera específica, pero se tendrían alrededor de 80 en procura del órgano en edades comprendidas entre los 30 a 60 añ;os. Las es