viernes, 22 noviembre 2024
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Preso de FénixLara muere esperando su libertad

Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- Isidro Antonio Gil Azuaje, de 47 años, murió con la esperanza de recobrar su libertad. El hombre, quien tenía 16 años tras las rejas, murió la tarde del lunes por presentar un derrame pleural y recaída de tuberculosis.

El hombre, quien estaba detenido desde 2016 en la Comunidad Penitenciaria de Fénix-Lara, llevaba cuatro meses a la espera de que un juez dictara la orden para que él recobrara su libertad. Una fuente interna contó que Isidro, por redenciones (que son actividades de trabajo, recreación o deportivas, pueden reducir el tiempo efectivo de privación de la libertad) ya tenía pasada su condena; sin embargo, el juez que llevaba la causa no se dirigió al penal.

«Él murió por un cuadro depresivo, fue abandonado por su familia y cuando pensó que podía salir de este infierno, la juez no le dio la libertad», sostuvo un familiar de otro privado de libertad.

Isidro se alimentaba sólo de la comida que da la Comunidad Penitenciaria, pues al no tener ningún familiar que lo visitara, tampoco recibía paquetería, que es cuando los reclusos reciben alimentos por parte de sus parientes.

LA PRENSA pudo conocer que Isidro cumplía una condena de 30 años; sin embargo, por las redenciones su pena había disminuido y podía optar por un beneficio. Se supo que el hombre pagaba una pena por el delito de homicidio, además presentaba registros desde el año 1999 por los delitos de ocultamiento de arma de fuego, droga, incesto y lesiones personales.

Funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc se trasladaron hasta el penal para hacer el levantamiento del cadáver y trasladarlo hasta la morgue del Hospital Central de Barquisimeto.

Ayer en la mañana, los familiares de Isidro no estaban en los alrededores de la morgue y se supo que sus parientes son de Guanare, estado Portuguesa, pero funcionarios del Senamecf desconocen si sus familiares fueron notificados de la muerte.

Llueven casos

Familiares de los demás privados de libertad de Fénix denunciaron que casos como el de Isidro llueven en la Comunidad Penitenciaria.

«Cómo es posible que los jueces no van a la cárcel para chequear los libros. Hay detenidos que se paran a las 3:00 de la mañana a cocinarle a más de 2 mil personas, esto con el fin de tener sus redenciones, pero nadie los atiende», comentó otro familiar.

El juez que llevaba el caso de Isidro quedó en el miércoles (hoy), pero el detenido murió dos días antes de esa visita.

 

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