María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- La pandemia ha sido clave para la delincuencia que aprovecha la soledad en planteles educativos y universidades, así como la falta de resguardo policial para ingresar a las instituciones y sustraer objetos de valor como equipos electrónicos y bombas de agua, e incluso hay reportes de hurtos de pupitres, que se cree usan la madera para venderla como leña.
Puertas violentadas, ventanas con los vidrios rotos, cables por el piso y documentos regados despiertan tristeza entre docentes, personal y representantes de las instituciones educativas cada vez que sufren un hurto. Afirman que al final, el estudiante es el más afectado.
El liceo San Francisco Javier, en la avenida Petro León Torres, engrosa la lista de las instituciones que han sido blancos del hampa. En una semana ingresaron al menos tres veces a hurtar en el laboratorio de química y el salón de dibujo. Ahí tienen contabilizado 15 hurtos desde que se decretó la pandemia, en marzo del año pasado que los obligó a dejar las clases presenciales.
Nidia Vázquez, subdirectora del liceo, dijo que en química perdieron parte de lo más valioso que tenían que son las cuatro balanzas que estaban operativas, e incluso se llevaron hasta dos lavaderos, los cuales fueron despegados de su estructura y algunos insumos para las prácticas que estaban sin estrenar.
En el liceo Cerritos Blancos, al oeste de Barquisimeto sucede lo mismo. En pandemia han ingresado por lo menos una vez al mes y en cada hurto van desvalijando poco a poco a la institución. Hoy ya no cuentan con techo para un comedor que tenían pensado construir, pues se lo llevaron junto a los bloques, la bomba de agua y todo el cableado que da energía eléctrica al instituto.
En la escuela María Angélica Lusinchi, también al oeste de Barquisimeto, se llevaron todas las computadoras Canaima que tenían para las investigaciones de los muchachos y el aire acondicionado de dirección e incluso se llevaron hasta los bombillos.
En las escuelas y liceos no ven por ningún lado las rondas policiales de ningún organismo de seguridad. Representantes afirman que sólo en elecciones es cuando se ve presencia de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana. «Luego que pasan las elecciones se olvidan de los planteles», dijo una representante de Cerritos Blancos.
Los sindicatos de educación han advertido desde hace tiempo que las instituciones son objeto de robos y hurtos porque no cuentan con vigilancia, al no tener personal suficiente.
Laura Igarra, presidenta del Colegio de Licenciados en Educación de Lara, advierte que los afectados son los estudiantes, porque cuando regresen a las clases presenciales no tendrán herramientas para sus prácticas, pues los laboratorios son los primeros en hurtar, al igual que el comedor y hasta los baños.
Las universidades no escapan de esta tragedia, pues ante la falta de presupuesto las empresas de vigilancias son escasas y los oficiales no alcanzan a cubrir todas las extensiones de terreno que tienen. En la Unexpo han ingresado dos veces a la biblioteca en lo que va de año y se han llevado las cosas de valor que han conseguido.
La semana pasada fue el último hurto registrado en la Unexpo en los talleres de Metalúrgica e Industrial, mientras que en Química intentaron hacerlo, ahí se llevaron el cableado. En otras oportunidades han ingresado a los salones para robar a los estudiantes y profesores a mano armada, pues entran por los laterales de las universidades.
En el caso de la UCLA también han ingresado, uno de los últimos hurtos fue denunciado por los estudiantes en el Decanato de Ciencias Económicas y Empresariales donde se llevaron equipos del área de copiado, algunas habían sido donadas y destruyeron el área.
Sin un plan de seguridad
El Colegio de Profesores de Lara aseguró que en el estado ya no existen planes para la seguridad de las escuelas y liceos, cuando antes existían brigadas que se conformaban en la misma institución.
Luis Arroyo, presidente del Colegio de Profesores, dijo que los proyectos de resguardo escolar se acabaron «y le hacemos un llamado a los funcionarios, policías y hasta la misma Guardia Nacional Bolivariana que se aboque a proteger a las escuelas y liceos que pertenecen al Estado». También le hizo un llamado a los consejos comunales y a los vecinos.
«Los consejos comunales no pueden mirar las instituciones con un color político, que se unan y hagan patrullaje con la misma comunidad», dijo Arroyo, asegurando que en las noches es cuando más necesitan de seguridad porque es cuando el hampa aprovecha de ingresar y desvalijar todo a su paso.
Hace unos años, el Ministerio de Educación había anunciado un plan integrado de seguridad escolar, que por lo menos en Lara no se vio, que se encargaba de planificar y organizar resguardos y hasta rutas de escape en cualquier momento de emergencia.
Arroyo dijo que ahorita las casas de estudio están en total abandono, hasta el punto que se han deteriorado por la falta de mantenimiento y porque la inseguridad ya no deja nada, «es indignante ver cómo principales instituciones en Lara estén en esas condiciones», por lo que exhorta a un plan para la vigilancia y el resguardo.
Se blindan como pueden
Directivos, estudiantes y personal de escuelas, liceos y universidades han tenido que ingeniar estrategias para resguardar las pocas cosas que les quedan y evitar que se las sigan hurtando.
Hay unos que destinan un aula o una oficina para resguardar las computadoras, aires acondicionados u otros equipos de valor y evitar tenerlas a simple vista. Por ejemplo, en la Unexpo en una oportunidad sellaron las puertas con soldadura para evitar que se siguieran metiendo.
Hay instituciones educativas que resguardan computadoras y otras cosas de valor en la Dirección, porque tienen que actuar ante la falta de vigilancia o de lo contrario se quedarán sin nada.
En el caso del liceo San Francisco Javier, tenían unas cosas guardadas en el salón de dibujo, pero los dueños de lo ajeno aprovecharon y entraron en ese lugar y se llevaron algunas cosas, lo que hace que a veces su método de resguardo no funcione del todo.
Luis Arroyo, presidente del Colegio de Profesores, dijo que los docentes se han encargado de resguardar, pero en oportunidades se les sale de las manos porque necesitan de rondas policiales, que ahorita no se ven por ningún lado. «Son bienes de la nación y todos tenemos la responsabilidad de cuidarlos, porque son el futuro», dijo el profesor, asegurado que es difícil recuperar lo que hurtan.