María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Zulia, Táchira, Mérida, Trujillo y Lara reviven a diario aquel fatídico mes de marzo de 2019 cuando un megaapagón sucumbió al país en penumbras, y es que, desde que arrancó el tercer mes del 2022 estos cinco estados han sido incluidos en el Plan de Administración de Cargas (PAC) anunciado por Corpoelec, que establece suspensión del servicio eléctrico, pero no fija horario ni tiempo de duración, lo cual despierta zozobra e incertidumbre entre la población.
Miembros del sindicato eléctrico advierten que el PAC se aplica debido a la falta de mantenimiento al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), pues la estatal eléctrica no ha hecho inversiones en esta materia y por lo tanto la producción actual de megavatios no cubre la demanda requerida, lo cual obliga a suspender el servicio de forma sectorizada.
Pero más allá de la suspensión, que ya resulta una tortura para los venezolanos, la molestia en las comunidades reflejadas en millones de quejas en las redes sociales, se basa en que Corpoelec anuncia el PAC por parroquias, pero no deja claro el horario de aplicación.
En Lara, vecinos de diferentes comunidades denuncian que en un inicio los apagones eran de dos horas; sin embargo, esta semana suman hasta cuatro horas a oscuras, y en ocasiones presentan apagones dos veces al día. Además, las fluctuaciones se registran con mayor frecuencia, lo cual pone en riesgo la operatividad de los electrodomésticos.
Alberto Perozo, secretario de reclamo del sindicato de Corpoelec en Lara, explicó que la falta de inversión y mantenimiento en el SEN está pasando factura y el Gobierno nacional no toma cartas en el asunto. Explicó que de 500 megavatios de demanda que hay en la región, sólo se está generando el 10%. «No habrá ningún sector que se salve del racionamiento, pues durante las 24 horas del día ninguna comunidad tiene luz al mismo tiempo», dijo.
Perozo aclaró que no hay una especificación en los horarios de suspensión porque la administración de carga dependerá de la demanda que se presenten en los estados del país. Aseguró que por no existir autonomía todos dependen del SEN, es decir, del interconectado, y al no haber capacidad de generar de manera interna se ven en la obligación de racionar para no colapsar el SEN.
Agregó que hay días que el racionamiento puede ser de pocas horas, pero otros días se pueden intensificar porque todo dependerá de la demanda. Agregó que una vez que se anunció la flexibilización por la pandemia hay más empresas operando y generan mayor consumo. «Para Corpoelec es imposible crear un cronograma por la inestabilidad que hay en la demanda», explicó.
Afectados
La preocupación y el dolor de cabeza sigue estando latente. Los guaros detallan que viven con el rosario en la boca porque no saben a qué hora harán el racionamiento. «Empezaron con una hora, luego se iba por dos, pero ya son cuatro y cinco», dijo Rosa Espinoza, vecina de Ruiz Pineda en Barquisimeto.
Agregó que viven una pesadilla diaria. «Hice una pasta y la que quedó la guardé en la nevera, pero como nos quedamos por cuatro horas sin luz se dañó porque llevaba tomate, me dio un dolor, porque no estamos para estar botando la comida», dijo.
Los niños también se están viendo afectados, en especial cuando el racionamiento es en horas de la noche porque no pueden dormir. «Mi nieto se desespera y hay que bañarlo así sean las 10:00 de la noche», explicó Del Valle Torrealba, vecina del barrio El Carmen.
Los vecinos de comunidades como El Bolívar, La Paz, Santa Isabel, La Caldera, Ruiz Pineda, Los Horcones, El Carmen, Los Crepúsculos, Barrio Unión, Pueblo Nuevo, La Estación y El Japón invadieron las redes con comentarios de quejas, porque se quedan sin energía hasta cuatro horas.
Al calvario de los apagones se suma también otro problema para los larenses, y es que en algunas comunidades al no tener luz no hay servicio de agua potable ni de telefonía móvil.
Varias horas
Los municipios foráneos, como Urdaneta, Morán, Torres, Crespo y Andrés Eloy Blanco también se ven afectados, desde hace un mes aproximadamente el servicio falla de manera interdiaria por al menos cuatro horas al día.
Los vecinos agregan que han optado por desconectar todos los electrodomésticos, por temor a que en un «bajón» se les queme. Además, quedan sin señal de telefonía.
Comercios recurren a las plantas
Quien tiene un negocio también está sufriendo los cortes de la energía eléctrica, pues deben saca sus plantas para no perder un día de trabajo, en especial los de comida rápida.
Cristóbal Parra, quien trabaja en un negocio de comida rápida dijo que nuevamente sacaron la planta para poder trabajar «pero esa no logra encender las dos freidoras, debemos buscar otra cosa para preparar la comida» dijo que no se pueden dar el lujo de no trabajar porque siempre a ellos los cortes se los hacen en la noche.
En el caso de los abastos chinos y charcuterías sucede lo mismo, pero una planta no es suficiente y no les logra encender los enfriadores «priorizamos lo que es computadoras y los bombillos para que puedan venir los clientes y hacerla la factura» dijo una trabajara de un chino al oeste de la ciudad.
Agregó que hasta los momentos no se les ha dañado nada de mercancía que requiera refrigeración, mantienen la esperanza que no suceda.
Los comerciantes añaden que además se ven afectados porque se va la señal telefónica y los puntos de venta se ponen lentos y solo a los clientes fijos les pueden dejar fiado.