viernes, 22 noviembre 2024
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Expertos preocupados por uso de vacuna Abdala en Venezuela

Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Comunidad científica y demás expertos desconfían de la candidata a vacuna cubana Abdala, que empezó a administrarse desde el 26 de junio en Venezuela, pues aún no se conoce de la autorización del Centro para el Control Estatal de Medicamentos de Cuba (Cecmed), ni la aprobación del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel en Caracas. Los expertos entienden la urgencia por vacunas en el país y no se niegan a un amplio abanico, pero cumpliendo todo el protocolo de garantía y seguridad de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Ante la llegada de la Abdala, especialistas temen los riesgos que se puedan tener desde reacciones o simplemente que no sea la respuesta adecuada ante el covid19, propiciar la falsa sensación de seguridad y hasta el posible beneficio al mercado cubano por el acuerdo de 12 millones de dosis. La única opción que consideran viable sería el ensayo clínico, con pleno consentimiento del voluntario.

«Seríamos el único país, aparte de Cuba que lo asume como ensayo», denuncia Huniades Urbina, secretario general de la Academia Nacional de Medicina, al precisar la desconfianza frente al prototipo Abdala, cuando confirma que la OMS ni siquiera la considera como emergencia. «No hay otros países que actúen de esta manera», rezonga y lamenta la decisión del Gobierno, pues la señala como una violación desde la bioética que puede tener graves repercusiones para la salud, tratándose de un virus tan agresivo que a más contagios termina sustentándose entre más variantes.

Urbina recuerda que desde la academia lo habían advertido, que «ciertamente podría tratarse de maniobras dilatorias para beneficiar al mercado cubano, pero ¿por qué no se termina de pagar al sistema Covax?». Una pregunta que deja abierta ante una negociación de la cual el Gobierno no suministra detalles y sólo se limita al anuncio de la firma del acuerdo en el marco del bicentenario de la Batalla de Carabobo, con el recibimiento de un primer lote, pero sólo a sabiendas de las 30 mil dosis aplicadas a los habitantes del Complejo Urbanístico Ciudad Tiuna de Caracas.

Una cuenta rápida para el desarrollo de este biológico cubano, que el pasado 21 de junio de 2021 arroja el 92,28 % de efectividad después de 3 dosis. Una tercera fase con 48.000 voluntarios que concluirá el 31 de julio y los resultados se publicarán el 16 de agosto. Pero la adquisición de Venezuela se dio a menos de una semana, por lo que los expertos aún esperan por la autorización del Cecmed de Cuba, y la aprobación del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel en Caracas. Todo tan exprés, que el 24 de junio se conoció el acuerdo y a los dos días siguientes ya se administraban las primeras dosis en el complejo habitacional de Fuerte Tiuna.

El estruendo de las alarmas también elevó el pronunciamiento de la Asociación de Investigadores del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). «No se trata de una negativa a la adquisición de vacunas, pero no se conoce con certeza la aprobación de las fases experimentales. Uno lo que quiere esperar es que funcione, pero sigue siendo candidato a vacuna», señaló Flor Pujol, directora del Laboratorio de Virología Molecular de dicha institución, ante los riesgos que se puedan correr por la falsa sensación de seguridad y que debería considerarse un ensayo clínico con aprobación de participantes.

Recuerda que para que un candidato vacunal sea vacuna, debe cumplir las fases clínicas y ninguna se encuentra en formato de prepublicación. No hay registros en revistas científicas y así llega al país, antes de la aprobación del tercer ensayo por la agencia reguladora Cecmed. Un criterio de peso para la desconfianza de expertos.

Por garantía

Al tratarse de un prototipo de vacuna, la organización Médicos Unidos de Venezuela también emitió un comunicado recalcando que no debería ser administrada a la población, a menos que se diseñe un estudio experimental con la aprobación de los participantes y la vigilancia estricta de un comité de ética.

Recuerdan la vigencia de la declaración de Helsinki, de la Asociación Médica Mundial que guía la experimentación con seres humanos. También la declaración sobre bioética y derechos humanos de la Unesco y hasta la misma Constitución Nacional, cuyo artículo 46 señala que ninguna persona puede ser sometida sin su libre consentimiento a experimentos científicos.

«Necesitamos saber de qué se trata y sus efectos colaterales», recalca Luzmila Leal, coordinadora de Médicos Unidos en Lara, sobre un producto que se encuentra en estudio y ha ignorado a las academias, además de comunidades científicas. También se refiere a las respuestas que los expertos han exigido sobre el plan de vacunación contra el covid-19, cuando la vocería oficial no suministra información clara sobre la administración de vacunas ni permite cooperación de la comunidad científica.

Su tono es fuerte por la molestia e indignación, al denunciar que «se ha violado todo y la población sigue expuesta». Según Leal, no se demuestra si realmente esas tres dosis de esa candidata Abdala puedan ser efectivas para frenar el coronavirus o se estaría ante la gravedad de la falsa inmunidad. Sería un plan sin la base sustentable en esa respuesta de anticuerpos frente a un virus altamente inflamatorio y que podría ser mortal, de acuerdo a la intensidad de la deficiencia respiratoria.

Todos los llamados apuntan a la prudencia, sabiendo que urge la inmunización de rebaño del 70 % de la población, pero con vacunas avaladas por la aprobación de sus tres fases experimentales por la OMS.

 

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