Daniela Valladares | La Prensa.- En el caserío la Aguada, del sector Palavecino de Cabudare, funciona el liceo Carmen Isabel Hérnandez de Chirinos, cuyas instalaciones deterioradas albergan a unos 100 estudiantes de la comunidad.
El plantel solo cuenta con cinco salones, dos se encuentran divididos para poder recibir a todos los estudiantes y además presenta filtraciones en el techo.
En épocas de lluvia los techos que son de zinc, filtran el agua interrumpiendo las clases, «en muchas ocasiones hemos tenido que suspender actividades porque el agua cae en los salones, así no pueden estudiar los muchachos», dijo el coordinador de la institución Eduard Rivero.
Los baños son otra carencia que presenta el liceo, debido a que no cuentan con el servicio de cloacas.
Los estudiantes y trabajadores del plantel deben hacer sus necesidades en letrinas, comprometiendo la salud de cada uno de ellos.
Cuentan con el servicio de comedor solo cuando llega la comida, sin embargo, requiere algunas reparaciones como la cocina que se encuentra oxidada. Por último explica que a pesar de las limitaciones de las aulas, continúan dando clases con lo que tienen.
Obra quedó inconclusa
A través de los presupuestos participativos aprobados por la Alcaldía de Palavecino en el año 2014, fueron destinados los recursos para la remodelación de la cancha deportiva del sector La Aguada.
Sin embargo el proyecto nunca se ejecutó y la comunidad quedó sin el chivo y sin el mecate porque cuando iniciaron la obra quitaron la cerca perimetral y más nunca la pusieron, ahora el terreno se encuentra descuidado y sin seguridad que lo proteja de los amigos de lo ajeno.