LA PRENSA DE LARA.- HORAS después de vender cara su derrota ante Dominicana, 8-7, Magallanes fue aplastado por un rival que nadie anticipó con tanta vehemencia y calidad en esta versión del clásico caribeñ;o. Aparecieron los fantasmas que torpedean con inclemente frecuencia la suerte criolla en el desafío máximo del área. Colombia pasó de ser un participante de relleno — 0-10 en dos eventos anteriores — a un competidor cargado de posibilidades, profundo en sus departamentos. La reconocida potencia beisbolera criolla se ve represada cuando acude al evento de la región. Algo sucede siempre, casi nunca en el renglón positivo. Frustrante ver a un club linajudo, lleno de peloteros de alto rango, caer de una manera tan estrepitosa, aunque sabemos que el beisbol — esto dicho con frecuencia — es uno de los deportes menos predecibles. El segundo exportador de talento para las Grandes Ligas solo ha ganado un par de Series del Caribe en este siglo. Ante los Caimanes barranquilleros la banda tricolor apenas pudo hacer un par de anotaciones en 18 episodios, cayendo en su primero y último juegos. Si le hubiesen pedido un rival presuntamente accesible a los técnicos venezolanos, seguramente habrían escogido a los costeñ;os del vecino país, en el cual la pelota es poco practicada en la mayoría de sus regiones y menos publicitada a nivel nacional.
CUANDO le cayeron a palos desde el principio a Junior Guerra — se había salvado en el primer inning — el equipo navegante se desplomó anímicamente. Los vaticinios con el tirador guayanés no podían ser muy optimistas porque a lo largo del torneo venezolano no fue el pitcher que sabemos puede ser. En el calendario nuestro no desplegó la sapiencia y control de siempre. De hecho su falta de tino fue lo que aprovechó desde el arranque el cuadro neogranadino para ponerlo en aprietos. La desventaja tempranera desinfló, frustró, a un equipo nativo que un día antes había descontado con mucho ardor un 0-6 ante los dominicanos. En una derrota 8-1 no hay mucho para la excusa. Más bien es bueno rendir honores a un rival que no tuvo temores ante la jerarquía de sus rivales y llegó inusitadamente a la gran final de la competencia…QUEDA claro, reiteramos, que Venezuela no resulta el cuadro de quilates que puede ser de acuerdo a su prestigio y la calidad de sus fichas. Ya van trece añ;os sin lauros y solamente dos finales desde que los Tigres conquistaron la victoria en Mexicali. Muchas veces con equipos blindados no se alcanzaron los objetivos y los fracasos son continuados. Los que creen en pavas harán de las suyas. Los analistas buscarán asirse a la lógica para explicar tan rotundos fracasos de un país que en relieve beisbolero solo está por detrás de República Dominicana en el área caribeñ;a… ANTE Colombia quedó la sensación de que Guerra fue aguantado en demasía en la lomita, sobre todo cuando había salido indemne en un primer inning donde sus contrarios le descubrieron la inefectividad.
SE termina un clásico marcado por pitcheo hermético. Algo se podía anticipar porque el «Quisqueya-Juan Marichal» es un parque hostil para los bateadores. Los jonroneros no tienen allí el paraíso que pueden encontrar en otros escenarios. Incluso hubo un intento de juego perfecto, antenoche en el tope que los locales le ganaron a México, 2-1. Tyler Alexander abrió el noveno sin qu