María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA – Los comerciantes que están dentro del Terminal de Pasajeros de Barquisimeto no escapan de la crisis que vive el país pues desde que comenzaron las restricciones por la pandemia han registrado un bajón de ventas de hasta el 90% y de 70 locales, solo quedan trabajando de 25 cuyas ventas apenas dan para mantenerse.
Así lo destacó Benito Briceño, presidente de la Asociación Bolivariana de Comerciantes del Terminal, quien agregó que las ventas han disminuido al punto que si acaso pueden vender un 10% de la mercancía en comparación con años anteriores.
La falta de efectivo y el poco poder adquisitivo hace que los pasajeros que llegan al Terminal vayan limitados con el dinero para solo pagar el pasaje, olvidándose de comprar panes, chucherías o refrescos que usualmente llevaban para consumir en el camino.
«Los más afectados son los que venden mercancía seca» dijo Briceño, pues quien vende empanadas, comida o chucherías tiene un poquito más de ingresos, aunque igual no cubre los gastos de alquiler, nómina y seguir invirtiendo.
Hay negocios que se encuentran con las santamarías cerradas cuyos dueños ya venían golpeados por severa crisis económica que se agudizó con la llegada de la pandemia. Briseño explicó que desde el mes de marzo de 2020 hasta diciembre estuvieron sin producir ni siquiera un bolívar lo que derivó en el quiebre total de varios locatarios. «Nosotros en esa oportunidad protestamos para que nos dejaran trabajar porque la mercancía se estaba venciendo y había dinero invertido, pero no nos dieron respuesta», agregó.
Los comerciantes dijeron que nuevamente en diciembre 2020 abrieron sus puertas pero con limitaciones, porque quienes venden mercancía seca no pueden laborar en la semana de cuarentena radical, mientras que los que tienen comida si, pero con un horario restringido y eso hace que las ventas sean mínimas.
A pesar que durante la semana flexible los locales que quedan activos abren, las ventas no representan casi ganancias porque la gente prefiere ahorrar lo más que puedan en el viaje.
Luis Materán, quien tiene un local en el terminal, dijo que le toca trabajar con un solo empleado porque las ventas son tan pocas que no requiere de más trabajadores, además las ganancias no alcanzarían para cubrir una nómina de dos empleados.
Los que venden empanadas dicen que antes de la pandemia vendían varios combos de dos empanadas más un jugo, pero ahora venden uno o dos, lo que representa pérdidas porque la comida queda preparada. Dicen que los viajeros prefieren esperar llegar a su destino y comer o llevar arepas hechas en casa.
El presidente de la Asociación Bolivariana de Comerciantes del Terminal contó que ya la gente no lleva recuerditos a sus familiares, es por ello que los comercios que se dedicaban a la venta de artesanías y objetos representativos del estado Lara fueron desapareciendo o cambiaron de rubro para poder tener ingresos y no cerrar su santamaría.