Agencias | LA PRENSA DE LARA.- El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, fue elegido el lunes primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), tomando el relevo de Raúl Castro, que se retira a los 89 años, anunció el partido, único en la isla.
«Electo Miguel Diaz Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de #Cuba en el #8voCongresoPCC», anunció el partido en su cuenta de Twitter al término de la elección de los delegados de esta organización política.
En el anterior Buró Político había cinco militares, incluyendo a Raúl. Ahora quedan tres, entre ellos Álvaro López Miera, hijo de exiliados republicanos españoles y nombrado hace días ministro de las Fuerzas Armadas en sustitución de Leopoldo Cintas Frías, que dejó el cargo de jefe del Ejército y sale del Buró por las mismas reglas de «renovación» que sirvieron para la retirada de los históricos. López Calleja, ex yerno de Raúl Castro, tiene rango de general, si bien desde hace años se dedica discretamente a funciones económicas al frente de GAESA.
La edad promedio del Buró Político antes estaba cerca de los 70 años y ocho de sus miembros superaban los 75. Ahora se reduce considerablemente, como símbolo del «relevo generacional» impulsado por Raúl Castro con el propósito de entregar el testigo del mando a una nueva generación de dirigentes comprometidos con la «continuidad histórica» y el modelo socialista.
Más allá de lo simbólico del relevo en la cúpula partidista, los resultados del Congreso fueron los esperados. No habrá ningún cambio en lo político. Cuba seguirá siendo un país de partido único y economía planificada, en el que el Estado y la empresa estatal seguirán ocupando el lugar preponderante. Es cierto que en los discursos y en los documentos firmados se reconoce claramente el papel de las llamadas «formas de gestión no estatal», esto es, del sector privado y cooperativo, admitiéndose que estos serán cada vez más relevantes y que el propósito es que «contribuyan» al país para salir de la crisis. Y he aquí un punto importante. El cónclave de los comunistas cubanos dejó también clara su visión política de que los actores económicos privados son un «complemento» de la economía estatal centralizada, no una apuesta principal dentro del modelo económico.
Uno de los asuntos más relevantes de este Congreso era precisamente o saber hasta donde se estaba dispuesto a llegar en los cambios y transformaciones económicas, y sí se iba a bendecir por fin una reforma de calado o no. Los que esperaban esto último quedaron defraudados, pues desde el primer día, al presentar a los delegados el informe central, Raúl Castro dejó dicho que la apertura al sector privado tendría «límites».
Con información de