lunes, 24 noviembre 2025
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La cultura tiene la máxima expresión desde Lara

Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Una trayectoria intachable en carreras con más de 60 añ;os de experiencia, es la carta de presentación para Sylvia Mendoza y Asdrúbal Meléndez, quienes aún conservan la sonrisa de complacencia y reciben las felicitaciones por alzarse con el premio Nacional de Cultura 2023. Ella larense de nacimiento y merecedora de la mención Teatro, mientras Meléndez desde los 5 añ;os asumió a este terruñ;o como suyo. Hoy merecen nuestros aplausos de píe y admiración por asumir a la cultura, como forma de vida.

La alegría de esta mujer del teatro que en tres oportunidades fue nominada, se siente en su tono de voz tras la bocina del teléfono, porque aprovechó de extender su estadía en Caracas y así cumplir otros compromisos. Sonríe muy seguido y su trato es tan familiar que encaja con esa dama de 83 añ;os, complacida de seguir dirigiendo y formando desde las tablas.

Lo hace con la misma pasión, en que se formó en la Escuela de Capacitación Teatral de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Mendoza se preparó en Caracas y agradece esa valiosa oportunidad de ser pupila de maestros dramaturgos como César Rengifo, Humberto Orsini, Isaac Chocron, Pedro Riera, Román Chalbaud, entre otros.

A sus 83 añ;os se mantiene activa desde la propuesta de Teatro Alternativo, cuidando cada detalle en la puesta en escena, atenta a incorporar versiones e insistir en el elenco por la naturalidad en los personajes. Fue una de las fundadoras del Nuevo Grupo Teatral Lara a principio de los 80 y donde también figuró el actor Humberto García, quien fue su primer esposo.

«¡;Todavía se trabaja!», es su consigna y cuando ha tenido momentos que debe apoyarse con un bastón, sigue con el paso firme aprendido de Rengifo, asumiendo al «arte en función de la humanidad». No se detiene en lo comercial y le impulsa el sentido de pertenencia que invoca la historia, las raíces del pueblo.

Aplaude el apoyo de la municipalidad que anima a nuevas generaciones con el Movimiento de Teatro de Iribarren iniciado desde 2022. El Museo de Barquisimeto ha sido una de sus casas y su directora Yajaira Sánchez lo reitera con el respeto hacia su trabajo y ese amor aportado a los grupos de relevo. Una entrega que resalta entre uno de sus recientes trabajos «Todos somos José Leonardo», en honor al sambo José Leonardo Chirino.

Perdió la cuenta de las obras y sigue atenta con los ensayos de «La Rengizada» para la agenda de mayo en la escuela de artes plásticas Martín Tovar y Tovar, así como en Falcón en honor al natalicio del maestro Rengifo. Luego repetirá la experiencia en el II Festival de Teatro Progresista, previsto en junio en Caracas y otras ciudades. Todo sin descuidar su galería Chiminia, donde conjuga diversas expresiones artísticas.

Presto a enseñ;ar

Hablar con Asdrúbal Meléndez es recibir su energía a sus 87 añ;os, quien nuevamente vuelve a ser reconocido con el máximo galardón nacional y es que a su Premio Nacional de Cultura en Cine 1992, le suma el más reciente el Premio de Glorias Artísticas 2023. Ama a Lara, como su tierra natal y agradece que creció en una familia de creadores.

Se define como artesano, maestro normalista e incursiona en las tablas impulsado desde el teatro universitario de la UCV, de la mano de Nicolás Curiel. Mientras en el cine empieza su carrera desde 1974, que al poco tiempo se estrenaba actuando en el séptimo arte con la película «El cine soy yo» del grande Luis Armando Roche.

Sin mayores alardes y con un curriculum de 15 páginas, recalca que la constancia le ha permitido recibir alrededor de 60 premios y reconocimientos. Se ha disfrutado la participación en 58 películas y siente como uno de los personajes inolvidables, cuando le correspondió encarnar a Mercucio, uno de los más exigentes de la obra de William Shakespeare.

Confiesa que se trata del resultado de llevar el arte en los genes, al crecer en el campo y con parientes músicos, poetas y artesanos. «Solo con trabajo se puede cultivar el talento», confiesa de una fórmula de vida que asume desde el 80% al trabajo y el resto al ingenio. Una premisa con la que se enamoraba y comprometía con cada personaje, siempre más allá de saber acerca del renacimiento y centrarse en dar lo mejor de sí.

Su tono de voz es fuerte y con un discurso tan fluido, olvidando su avanzada edad y orgulloso por su experiencia. Goza de lucidez al asumir la vida desde el verbo pensar. Aprender a pensar más allá de recordar. «¡;Vivo despierto, sintiendo!», exclama al mantener su intelecto desde las metáforas que toma de sus poesías. Un ejercicio diario que va creciendo a más de mil poemas, además de escribir monólogos y tener pendiente la materialización de varios guiones listos para películas.

Mendoza y Meléndez no saben de cansancio, ni de resignación por tiempos difíciles, porque siempre se aferran a las buenas vibras de la creación, esa de espíritu errante para seguir aportando a la humanidad desde cualquier expresión sublime, independientemente del género.

 

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