sábado, 23 noviembre 2024
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Rafael Cadenas recibe hoy el premio Miguel de Cervantes

Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Llegó el día de júbilo para los larenses, cuando el nombre de nuestro escritor y poeta, Rafael Cadenas, retumba por el mundo. Madrid le dio la bienvenida desde la lectura continuada de Don Quijote de la Mancha y hoy recibe el Premio Miguel de Cervantes 2022. A sus 93 años es el primer escritor venezolano con una obra literaria reconocida en el mundo. Es un orgullo de Barquisimeto, por quien ni siquiera le sobran los silencios en una poesía en amor, sentencia o nostalgia, crítica social y hasta aforismos que definen la precisión en sus palabras.

La experiencia y todas las sensaciones que despierta su obra, incentiva la discusión y compromiso de realce entre los miembros del Consejo Consultivo de la Ciudad de Barquisimeto (CCCB), quienes dispusieron de este 2023 dedicado a «Cadenas nuestro». Una invitación para seguir admirando sus aportes desde la literatura que encomienda el valor del lenguaje, frente a los abusos que pueden surgir del maltrato hacia la lengua materna.

Es reconocer una vida entre líneas, incansable en su afán para ganar el sentido de pertenencia. Un gusto por la literatura desarrollado desde muy temprana edad. Se nutría de la curiosidad en el hábito de lectura, ese que permite recordar a un adolescente disfrutando de la frescura de la plaza Lara y en la Altagracia, para discutir la fascinante narrativa de la biblioteca de Hermann Garmendia. Era el discernimiento entre la camaradería de Manuel Caballero, Alí Lameda, Salvador Garmendia, entre otros.

Esa es la imagen que recuerda el historiador Luis Alonso Molina de esas raíces de la tierra crepuscular que vio nacer esa estirpe de la escritura en una familia de clase media al centro de Barquisimeto. Un intelecto que fue moldeado por Casta J. Riera, quien estuvo de cerca con esta generación de valía, mientras ella instalaba la primera academia que promueve la educación a mujeres. Les ofreció la revista «Alas» a estos jóvenes.

Ella publicó los primeros libros y marcó el debut de Cadenas con su primer poemario «Cantos iniciales», una manifestación de esa experiencia que empezaba a asomarse entre sus versos, a los 16 años. Era la combinación del poeta y su interés en la lucha de las izquierda, ya reconocida desde el liceo Lisandro Alvarado y que le costó la expulsión, teniendo que terminar su bachillerato en Valencia. Luego sigue en la protesta estudiantil en la Universidad Central de Venezuela (UCV), en época de dictadura de Marcos Pérez Jiménez que le costó el destierro a Trinidad.

Entendió que la gallardía de este tipo de protestas no definirían su camino, por lo que desiste de la política y se concentra en la obra literaria. Se fortalece en poesía, ensayo y hasta contestaciones a frases de sabios. Molina lo reconoce como un corpus literario de gran densidad. «Es la coherencia plasmada como definición de vida. Es el resultado de la humildad, sencillez, pertenencia y valentía», así define cada expresión de Cadenas.

Destaca que es la viva expresión de la idiosincrasia del semiárido larense, a partir de la diversidad e inspiración que pueden asumirse desde los paisajes. Alimentar la honestidad personal, con la autocrítica como manifestación y la preocupación más auténtica. Su mayor crítica es del uso adecuado del lenguaje.

Lo admiran

Cuando se descubre el lado humano, Gladys Marante de Mendoza recuerda ese trato familiar que mantiene desde hace casi 30 años. Su esposo Francisco Jonás Mendoza fue amigo de José «Che» María Cadenas, hermano menor de Rafa, tal como lo llaman cariñosamente. Tal nexo les permitió la cercanía.

Lo define desde la sencillez y con una personalidad pausada. Hombre de afectos y la incondicional entrega por su amada Milena González Carvallo, quien se encargaba de la organización de todo. «Él dice que su casa se mantiene tal como la ordenaba su esposa«, señala de ese respeto conservado, pese a su fallecimiento en 2017. Admira su valentía que a tan avanzada edad superó la partida de su compañera de vida y luego de su hermano «Che» María, quien se encargaba de atenderlo.

La fragilidad por un momento se instaló en Cadenas, cuando previo a la pandemia por covid-19 también coincidió con la partida física de «Che» María en 2019. Vacíos que intentaron tambalear su energía, esa percibida desde la independencia que dejaba privilegios a muchos al toparse con él en el transporte público o cruzando cualquier calle de Caracas.

Marante considera que su gallardía podía persistir en esa fuente viva, alimentada desde una familia amorosa. «Son tantas manifestaciones de aprecio y respeto, que así lo sintió en la íntima celebración de su cumpleaños«, exclama del inicio del mes del libro, cuando el 08 de abril arribó a sus 93 años.

Lo conoce muy bien y destaca que sus silencios sólo obedecen a ese hombre reflexivo. Pese a lo tímido e introvertido, le gusta conversar, pero tal como lo deja claro en su obra, desde lo puntual y una precisión tan exacta, sin exagerarse en palabras. Es de frases tan contundentes, producto de sus lapsos de silencios y que asume como valiosas pausas.

No conoce de ataduras, siempre confía en su puño y letra que demuestra lo infinito de su escritura, sin temporalidades. Prefiere lo tradicional a las nuevas tecnologías. No usa computadoras ni celular, disfrutando del contacto directo con la fuente documental y de la que no se priva en bibliotecas para cualquier consulta. Visitas que mermaron con el pasar de los años y se va a lo testimonial, acudiendo a las llamadas desde su teléfono local y salir de dudas entre las confirmaciones de sus allegados. Antes era asiduo de hemerotecas, desempolvando ediciones impresas que enriquecían su investigación, tomando argumentos para su obra.

«Ya he conversado demasiado«, recuerda como una de las advertencias de ese Rafa, conservado desde una mente activa y que habla en largos ratos, sin desprenderse de la precisión. Tan sencillo como que calla y reflexiona, siendo más ameno al saborear un buen vino.

No se embriaga, pero sí disfruta una amena conversación alrededor de una copa de vino.

Marante admira su obra tan extensa, capaz de responder a algún autor en particular y con tal profundidad que acentúa el ejercicio de la concentración e interpretación en el lector. Además de las traducciones, con el aval de su inquietud desde el amplio mundo de la lectura.

«Somos lo que hablamos«, toma de él y resalta su preocupación latente por el lenguaje, del respeto por la palabra y el provecho del vocabulario. Tal como él les insistió a sus alumnos de la UCV, cuyas clases tenían la particularidad de ser muy concurridas. Ella sonríe y recuerda una anécdota que le comentó su hijo Silvio, cuando en noviembre de 2022 ya conocían del anuncio del premio Cervantes. Le contó que Cadenas fue invitado con otros dos autores a una lectura de poemas en la Feria Internacional del Libro (Filven). El salón se quedó pequeño y tuvieron que moverse al auditorio, recordaba que los escritores venían adelante y era tanto público que su nieto lo describió como una de las escenas de un famoso cuento infantil. Todos volcados a la cercanía a Cadenas.

Jairo García Méndez lo recuerda en el pensamiento dedicado a la ciudadanía, como espacio público. «Siempre resalta al país que ha vivido, que ha sufrido y con un vínculo de amor«, expresa de su permanente ofrenda. Siempre desde el vínculo por la lucha y democracia, en denuncia de la tiranía.

Aplaude su manera de referirse al diálogo de un dictador y sin ánimos de generar polémica, al ser abordado por los periodistas en Madrid sobre la situación en el país, sólo respondió que estaba ayuno de información. Un reflejo de la opacidad a la que se enfrentan los venezolanos desde cualquier ámbito.

Buscan alcanzar mejoras en el uso correcto de la palabra& ;

Los méritos reconocidos ante el mundo tienen mayor valor al tratarse de un paisano que se entregó a la literatura. Así lo reitera Milagro Gómez de Blavia, directora del CCCB, al estar concentrados en el programa «Cadenas nuestro», con la intención de generar el enlace de acercamiento a la obra de este intelectual y con su trayectoria valiosa entre importantes galardones.

Recalca la necesidad de asumirlo como la ciudad desde las plazas, planteles y hogares. Son actividades que llaman a esa claridad del pensamiento ganada desde la lectura y asumiendo a la escritura como un ejercicio de vida. Destaca una obra esencial «En torno al lenguaje«, que insiste en esa necesidad de mejorar su uso, al considerar que somos lo que hablamos. «La palabra es cultura y más aún transformada en poesía o denuncia», exclama.

Gómez invita al compromiso en colectivo, partiendo de la deuda en formación y que clama por una educación en valores. Es el manejo de la palabra, con más fuerza desde los docentes y así llegue a los niños, atendiendo al reforzamiento en el aula y la continuidad exigida desde el seno de la familia.

Consideran las amenazas y desafíos del uso inadecuado de las redes sociales o demás herramientas tecnológicas. De allí, que tienen a la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) como principal aliada y se han valido de conferencias virtuales, con la disposición de la Alianza Francesa y con escenarios alternativos como La Taberna Club. Lo importante es seguir sumando voluntades y convencer de la necesidad de mayor difusión.

El sentido de pertenencia debe seguir manteniéndose, cultivado como una semillita que germina desde el reconocimiento de Rafael Cadenas y a partir de allí, expandir su curiosidad en la cultura.

Toda su obra es para sentirla

Isabel Caroto, directora del Cieca y miembro del CCCB, también resalta la necesidad que los lectores sientan la obra de Cadenas. Plantea el amor desde lo sutil y muchas veces de entrega con erotismo, sin descuidar la defensa del país.

Recomienda la iniciación en la lectura sin prejuicios, al tratarse de una interpretación tan subjetiva. Se puede discutir desde diversas maneras y hasta plantearla a partir de enigmas. Es un mundo tan libre, dejando abrumada a la imagen y donde la palabra va retomando más valor.

La experiencia debería empezar por dejar la resistencia, entendiendo que somos verbo y palabra. Los temores y desconocimientos sólo dejarán las carencias en la escritura. Es repensar la libertad, desde el hábito de la lectura que acerca y sensibiliza.

 

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