Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- «De haber caído 80% en el cultivo de rubros esenciales como el maíz, arroz, cañ;a de azúcar y hortalizas desde 2013 hasta 2020, en los últimos tres añ;os venimos recuperándonos. Ese fantasma del desabastecimiento, estamos convencidos desde Fedeagro que ya no va a volver. Estamos en capacidad de que si tenemos financiamiento y tenemos políticas económicas acertadas que vayan dirigidas a la producción nacional y dejemos las importaciones de productos terminados, que la importación vaya solamente a materia prima necesaria, tenemos capacidad para lograr tener soberanía agroalimentaria», así lo expresó Celso Fantinel, presidente de Fedeagro.
La cartera agrícola venezolana es apenas el 18% de lo que era en 2014, lo que representa que durante el primer añ;o de gobierno de Nicolás Maduro los bancos prestaban a los agricultores la cantidad de 700 millones de dólares al añ;o para financiar su producción. En 2022, apenas se financiaron 124 millones de dólares, cantidad que catalogan de insuficiente para aumentar las hectáreas sembradas, comprar insumos agroquímicos necesarios, semillas, realizar mantenimiento de maquinaria o adaptarse a las nuevas tecnologías de siembra. Razón por la cual los trabajadores del campo no se han quedado cruzados de brazos, además del financiamiento con capital propio, han recurrido a la agricultura por contrato, es decir, los acuerdos firmados con la agroindustria para que compren los cultivos a futuro, asegurando un precio justo en dólares.
Han buscado alternativas para lograr fondos internacionales para el desarrollo agrícola. Un caso reciente, según comentó Fantinel, ocurrió en el estado Portuguesa. Corea del Sur acudió a Fedeagro para aumentar la producción de ajonjolí que esa nación requiere para fabricar aceite. «Nosotros les dijimos que sí, Venezuela tiene los terrenos y las condiciones climáticas para sembrar ajonjolí, traigan ustedes la tecnología y es así como en Portuguesa el añ;o pasado se sembraron 7.200 toneladas de este rubro para exportación«, resaltó. Con optimismo afirma que el país tiene condiciones para ser el supermercado o el mercado de alimentos del mundo porque se cuenta con un suelo fértil, sol los 365 días del añ;o y estar entre las 10 naciones con las mayores reservas de agua dulce del mundo.
Así como lograron sembrar ajonjolí, aumentaron la producción de frijol chino a 142,6% en comparación con 2021, lo que representa 79.853 toneladas de cosecha el añ;o que culminó, producción que se exporta al mercado asiático. Asimismo, los agricultores criollos han acudido a la Bolsa de Productos e Insumos Agropecuarios de Venezuela (Bolpriaven), que fue reactivada en junio de 2021 para lograr en el mercado bursátil vender sus cosechas, obtener recursos para financiamiento o encontrar nuevos inversionistas del campo. Pero Fantinel insiste que la bolsa agrícola debe estar apalancada del sector bancario nacional.
Por esa vía de buscar fondos para invertir ya han asegurado los insumos para sembrar 350 mil hectáreas de maíz en 2023 en el ciclo de invierno que arranca en abril y culmina en noviembre. Este cereal se convierte así en el principal rubro de Venezuela. Pero destaca que también aumentó la producción de arroz 35% y cañ;a de azúcar.
José Ricardo Álvarez, presidente de la Federación de Asociaciones de Cañ;icultores de Venezuela (Fesoca), precisó que la zafra de cañ;a de azúcar que en Venezuela va de noviembre a marzo fue de 3.5 millones de toneladas este añ;o, eso representa un incremento de 600 mil toneladas en comparación con 2021.
«En tres añ;os hemos crecido un 20% anual, y eso no es fácil, ha sido con recursos propios. Claro, este añ;o nos han dado muy duro, la caída del consumo por el mermado poder adquisitivo de los venezolanos retrasa los pagos para hacer trabajos en el cultivo, pero ya esta zafra está cantada«, expresó. A la fecha han logrado comercializar el 50% de la cosecha.
Afirma que con la cantidad producida abastece los requerimientos de azúcar de la mitad del país. «Las importaciones del añ;o pasado de azúcar entraron tarde a Venezuela, prácticamente cuando comenzó la zafra nacional. Así que me atrevo a decir que tenemos suficiente inventario. Si en caso que tengamos que importar sería entre agosto y septiembre, y muy poca cantidad de azúcar«, refirió.