Con el grito de «O’zapft is!», que significa «¡Ya está abierto!», el Oktoberfest de Múnich dio inicio a su 190.ª edición este sábado 20 de septiembre. La celebración, reconocida como la más grande del mundo, fue inaugurada por el alcalde de la ciudad, quien perforó el primer barril de cerveza, marcando el comienzo de las festividades ante una multitud de asistentes.
Durante 16 días, hasta el 5 de octubre, los visitantes podrán disfrutar de esta gran fiesta popular, bebiendo en las tradicionales carpas, subiendo a las atracciones y vistiéndose con atuendos típicos como el dirndl y el lederhosen. El año pasado, el festival batió récords con 7,2 millones de visitantes, superando la cifra de la edición anterior y la venta de más de siete millones de litros de cerveza, lo que genera grandes expectativas para el evento de este año.


Munich y su legado
Aunque el servicio de cerveza no comenzó hasta el mediodía, las puertas del recinto en el parque Theresienwiese abrieron a las nueve de la mañana, y cientos de personas ya se encontraban en fila, ansiosas por entrar. El inicio de la festividad fue acompañado por un clima ideal, con temperaturas agradables que se prevé se mantengan en los próximos días, lo que añade un atractivo adicional para los participantes.
La tradición del Oktoberfest se remonta a 1810, cuando se organizó una gran fiesta para celebrar el matrimonio del príncipe Luis de Baviera y la princesa Teresa de Sajonia-Altemburgo. A lo largo de más de dos siglos, el festival ha evolucionado, pero ha mantenido su esencia de celebración popular y encuentro cultural. Lamentablemente, se informó que una mujer de 70 años requirió atención de los servicios de emergencia fuera del recinto por una emergencia médica y, a pesar de los esfuerzos, no sobrevivió.