La comunidad animalista y los involucrados en su rescate lamentan profundamente el fallecimiento de Tamy, el único elefante asiático que permanecía en el Ecoparque de Mendoza. El paquidermo, de 55 años, dejó este mundo este martes, a pesar de que sus permisos de traslado al Santuario del Mato Grosso, en Brasil, ya estaban listos.
Tamy, nacido en 1970, fue entregado al Zoológico de Mendoza por el Circo de las Hermanas Gasca en 1984, cuando apenas tenía 14 años. Su llegada a Mendoza marcó el inicio de 41 años de cautiverio, tras una vida temprana de «tortura» y abandono circense. «Esta mañana despertamos con una triste noticia: Tamy dejó este mundo donde tanto sufrió”, expresó la ONG Proyecto Ele, impulsora de su reubicación.
El elefante macho, padre de Guillermina y compañero de Pocha (ambas trasladadas a Brasil en 2022, donde Pocha falleció meses después), pasó cuatro décadas en un recinto de cemento y tierra dura, con sus patas lastimadas debido a la falta de espacio para caminar los diez kilómetros diarios que un elefante necesita.
Desde el año 2023 Tamy había iniciado un entrenamiento
A pesar de que la caja para su transporte y el área en el Santuario de Brasil estaban casi listas, el tiempo no alcanzó. Desde agosto de 2023, Tamy había iniciado un entrenamiento con el experto alemán Ingo Schmidinger y la especialista Johanna Rincón Alba de la Fundación Franz Weber. Este trabajo buscaba que, por primera vez en años, Tamy volviera a confiar en los humanos, superando las secuelas del manejo circense con ganchos y el prolongado encierro. Quienes lo trataron en sus últimos meses afirmaron que su vida había mejorado notablemente en el cautiverio, en un intento por prepararlo para vivir sus años finales en un entorno más cercano a la vida silvestre que siempre le fue negada.
