Kemberling Rodríguez | LA PRENSA DE LARA .- Cuarenta días de preparación espiritual servirán para acercarse a Dios, cumplir los propósitos de enmienda y practicar obras de misericordia. El tiempo litúrgico de la Cuaresma comenzó este miércoles en la Iglesia Católica con la imposición de la ceniza en la frente de los fieles, ceniza que les recuerda su vulnerabilidad y dependencia del Omnipotente.
Jackson Rodríguez, párroco de la iglesia Nuestra Señ;ora de Fátima, en el oeste de Barquisimeto, recordó que durante estas seis semanas es propicio el reencuentro con el Señ;or, reconociendo en primer lugar los propios errores o pecados para luego, tras un verdadero arrepentimiento, encaminarse hacia la conversión.
«Todos somos hijos de Dios; estamos llamados a vivir la época de Cuaresma desde el reencuentro consigo mismo para evaluar así mis pecados, seguido del reencuentro con Dios para llevar una vida sujeta a su amor y mandamientos«, resaltó el sacerdote.
Asimismo, Mariluz Flores de Figueroa, laica, exhortó a aprovechar las semanas previas a la Pascua de Resurrección para reconciliarse con el prójimo y promover una sana convivencia; rechazó que en otros lugares del mundo como en Ucrania existan guerras contra inocentes, vulnerando el derecho a la vida.
En este sentido, recomendó en primer lugar ser agentes de paz y, seguidamente, elevar oraciones para que en otros países afectados por conflictos bélicos o persecuciones religiosas exista también una acogida a la Palabra de Dios y que la fraternidad se note hasta en los detalles más simples.
Carmen Caraballo, servidora de la parroquia Nuestra Señ;ora de Fátima, expuso que la práctica de obras caritativas «no resta pecados», pero sí propicia la solidaridad y es un gran paso. Desde su comunidad realizan jornadas de atención a los enfermos de manera gratuita y en conjunto con la ONG Cáritas; asimismo, la permanente visita a los enfermos mediante el apostolado de la Legión de María y de los ministros extraordinarios de la comunión y demás grupos.
«Tenemos muchas formas de vivir la Cuaresma, sólo que la más gratificante es buscando de Dios y ¿;de qué forma? amando al prójimo, tendiendo la mano al necesitado, visitando al enfermo, ayudando a la viuda y al huérfano, sencillamente imitando aunque sea un poco todo lo bueno que hizo Jesucristo nuestro único Salvador«, finalizó la feligrés.