Los aguaceros de Lara que se presentaron desde el martes y que afectaron a más de 60 familias entre sectores de Urdaneta y Torres, además de Morán, jurisdicciones de la entidad, despertaron la solidaridad de sus habitantes. Manifiestan que se han sumado con tobos y cepillos para sacar el lodo, tratar de sellar el acceso de cauces con improvisados gaviones (de sacos rellenos de arena) y conformar grupos de voluntarios para pedir colaboración de insumos, alimentos y enseres. Reconocen el apoyo gubernamental, pero no es suficiente para el estimado de 27 residencias con pérdida total.
El temor regresó a las 2:00 de la madrugada de este jueves, cuando el ruido por la lluvia fue más ensordecedor por la crecida de los ríos Sicare y río Claro, los cuales se juntan con la quebrada Totuche y su torrente siempre amenaza con devastar a la comunidad de Palmarito, municipio Torres. La señora Maira Gómez señala que desde el viernes empezó la zozobra con el primer desbordamiento y ayer se organizaron varios vecinos para levantar un muro, que supone la protección, apilando sacos rellenos de arena.
«Es una forma de tratar de proteger los bordes para que no se repita el desastre», dice a la espera de mayor atención gubernamental con la debida maquinaria. Admite que funcionarios de Bomberos y Protección Civil acudieron al llamado, el domingo los atendió el gobierno local y regional entregando algunas colchonetas, determinados enseres y hasta comida, pero siguen necesitando.
Conocen de 12 familias con pérdida total en la parte baja de la comunidad y un estimado de 42 restantes que siguen necesitando apoyo con ropa, alimentos, electrodomésticos y apoyo en daños estructurales.
Solidaridad se demuestra tras los aguaceros de Lara
Mientras, en el municipio Urdaneta se conformó el grupo «Juntos por Aguada Grande», donde voluntarios solicitan la colaboración y han tenido receptividad de vecinos que emigraron, para adquirir principalmente alimentos, cualquier ayuda es valiosa. Así lo manifiesta Marianela Pacheco, con especial atención a las 15 viviendas de pérdida total entre El Degredo, El Pirital e Irile. Además de insistir en el colapso de la pasarela que comunica a El Degredo con Brisas de Satiare.
«Este tipo de iniciativas busca la unión entre nosotros y dar fuerzas a quienes han sido más afectados», precisa al conformar cuadrillas de trabajo y ayudar a los más cercanos con la limpieza. Sacan los tobos llenos de barro de las casas, así como del Liceo Juan Antonio Rodríguez Domínguez, un ambulatorio y algunos comercios.
El concejal Manuel Torres recalcó que la entrada a Siquisique, generalmente sufre por inundaciones, ese cruce de quebradas de Coro, Los Tanques, Cauderales y de Aguada Grande los mantiene en riesgo constante y cita que han transcurrido varios años sin la canalización, además de familias que construyeron a la orilla de estos cauces y quedan expuestos a ser arrastrados.
