Osman Rojas | LA PRENSA.- Inundadas de carritos de comida rápida y vendedores ambulantes están las calles de Lara. Ver a personas comercializando alimentos en cada rincón de la ciudad, sin tener ningún tipo de permiso sanitario, se ha convertido en algo frecuente.
“Es impresionante ver cómo la insalubridad se apoderó de las calles. Ahora mismo la gente anda pendiente de ahorrarse un poco de dinero y come lo que consiga más barato sin ver las condiciones en las que se prepara la comida”, soltó César Ribas, coordinador del grupo Lara Entera por la Salud.
El especialista dejó ver su preocupación pues, a su juicio, las personas se están matando por ahorrarse un poco de dinero. “Si vas a un restaurante y pides un plato de comida vas a gastar entre mil 500 y 2 mil bolívares mientras que en la calle te venden dos hamburguesas por 900 y allí te suben los valores y puedes agarrar una infección en el estómago”, contó Ribas.
Máryori Chávez, contralora nacional en el estado Lara, explicó a La Prensa que fiscalizar a los vendedores de comida ambulante es algo “muy difícil”, y es que, además de no tener un negocio que cerrarles porque están en las calles, la alcaldía en muchos casos concede un permiso especial para que ellos estén allí.
“¿Cómo meto preso a alguien por vender empanadas?”, se cuestionó la doctora antes de añadir que “de nada sirve decomisar la mercancía porque al ratico la sustituyen y lo único que hacen es cambiarse de calle”, lamentó Chávez.
En la contraloría existe una enorme preocupación porque, a pesar de que ellos salen a supervisar las ventas de comida en establecimientos, en las calles cada vez se observan más vendedores.
“Uno entiende que la situación país afecte la economía del venezolano y que por eso ahora mismo todo el mundo está pendiente de conseguir un ingreso extra para sobrevivir, y eso está bien, pero no se puede jugar con la salud del pueblo”, dijo Chávez con preocupación.
Una de las alternativas que estudia el ente fiscalizador de alimentos en el estado es entregarle a los vendedores ambulantes tarjetas de control; planillas que son una especie de permiso sanitario temporal que se reanudaría cada 6 meses y que serviría a la contraloría para supervisar la venta de comida en las calles.
Gestores los estafan
Además del crecimiento acelerado de la venta de comida en las calles, en la Contraloría Sanitaria hay una especie de alarma por el surgimiento de “gestores”, quienes ofrecen a los comerciantes permisos sanitarios a cambio de dinero, pero que terminan siendo falsos.
“Les entregan una numeración que no existe y un sello que no es nuestro y así engañan a las personas”, contó Máryori Chávez, contralora sanitaria en Lara.
La directora del programa de fiscalización en la entidad, invitó a las personas a que hagan directamente su trámite por la oficina de la institución ubicada en la Zona Industrial I o que se asesoren por la página web de la contraloría
“Cuando agarramos a una persona con un permiso falso le cerramos igual el comercio. Hay gente que no entiende la gravedad de trabajar bajo condiciones insalubres y nosotros sólo estamos haciendo nuestro trabajo”, dijo Chávez.
Según explicó, los negocios asiáticos son los que más estafados se ven por los gestores en Lara.