EFE | LA PRENSA.- Brasil cuenta este miércoles 31 de agosto las horas para la votación en que el Senado dictará sentencia en el juicio político que puede desalojar definitivamente del poder a Dilma Rousseff y convertir a Michel Temer en presidente efectivo del país.
Tras haber convivido desde mayo pasado con un presidente interino y una mandataria suspendida, hoy el pleno del Senado decidirá la suerte tanto de Rousseff como Temer, en una votación que se prevé que concluirá alrededor de las 13.00 hora local (16.00 GMT).
Para que se concrete la destitución de Rousseff, previsible para la gran parte del mundo político brasileño, será necesario que así lo decida una mayoría calificada de 54 votos, equivalentes a dos tercios de los escaños del Senado.
Todos los sondeos de la prensa local apuntan a que en el Senado ya se ha configurado esa mayoría, que se insinuó claramente en los debates previos a la decisión, que ese órgano legislativo concluyó en la madrugada de hoy.
En esa sesión, que duró 16 horas, intervinieron 63 senadores, de los cuales 42 anunciaron que votarán a favor de que la mandataria pierda el cargo, 18 se pronunciaron en contra y tan sólo tres no opinaron, pero dieron indicios de que apoyan la salida de Rousseff.
La votación será el corolario de un proceso que empezó en diciembre pasado y que ha sembrado una gran incertidumbre tanto en la política y el rumbo del Gobierno, como en una economía en una profunda recesión y casi paralizada desde hace meses.
Rousseff, según dijeron fuentes de su entorno, esperará la decisión que tome el Senado en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia que aún ocupa, pero que deberá desalojar en caso de que se confirme su destitución.
Junto a ella estarán su antecesor y padrino político Luiz Inácio Lula da Silva y algunos dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT), formación que llegó al poder en enero de 2003 y que ahora se ve frente a su mayor crisis, salpicada por corruptelas y frente a la posibilidad de ser relegada a la oposición otra vez.
Temer, a su vez, aguardará en el Palacio presidencial de Planalto, próximo a la sede del Parlamento, a la que se dirigiría por la tarde, si se confirma la destitución de Rousseff, para asumir de hecho el cargo que ocupa interinamente desde el 12 de mayo, cuando se instauró el proceso y la mandataria fue suspendida de sus funciones.