William Croes | LA PRENSA.- La reubicación de los habitantes del Cono de Seguridad sale más barata que la construcción de una nueva terminal aérea. Arquitectos y expertos comerciales ofrecen como solución el desplazamiento de los ocupantes a la zona de compresión de la ciudad y la inyección de recursos para el desarrollo del Aeropuerto Internacional Jacinto Lara.
Ángel García, arquitecto y planificador urbano, asegura que la construcción de un nuevo aeropuerto no es una opción viable para la ciudad, puesto que se deben invertir entre 350 y 500 millones de dólares. Tal cantidad representa 10 años de presupuesto anual de la entidad.
“Es cierto que el aeropuerto se ha quedado pequeño, pero en el diseño tiene espacios para la ampliación que debían realizarse ante el crecimiento poblacional que fue proyectado”, expresa García.
La solución al conflicto del Cono de Seguridad requiere de la voluntad política y económica de todos los niveles del Gobierno. García ve factible que se aplique un programa de reubicación de los habitantes del Cono de Seguridad que los sitúe en la zona de compresión de la ciudad.
“En un plan bien dirigido a siete años se puede ubicar a más de 120 mil larenses en el centro de la ciudad donde hay 320 hectáreas con una baja densidad poblacional”, expresa García.
William Reyna, experto en materia aeroportuaria, expresa que a medida que se desarrolle y expanda el aeropuerto poco a poco las familias del Cono se irán desplazando hacia otras zonas donde no haya tanto impacto sonoro y gases emitidos por las turbinas.
Entre las modificaciones que se le debe hacer al aeropuerto está la ampliación de la pista unos 500 metros de largo para llevarla a casi 3 mil 500 metros, que es una medida acorde a las nuevas exigencias internacionales y que, para que se realice, no debe haber ninguna vivienda o edificación construida en los terrenos que son de Zona de Protección Urbana (ZPU).