El Guaro Mirón | LA PRENSA.- El propio cuchitril, así se encuentran los alrededores del Hospital Central Antonio María Pineda. Papel higiénico, toallas clínicas, pañales, guantes e inyectadoras sucias y usadas son parte de todos los desperdicios que pude ver hace un par de días cuando pasé por el centro Divina Pastora.
Yo había recibido unos cuantos mensajes de mis fieles seguidores pero me costaba creerlo, porque es un centro de salud y no debería estar en esas condiciones, pero me di cuenta de que aquí, todo es posible.
Esta situación es alarmante porque la contaminación que hay allí no trae nada bueno para quienes están internados en el centro de salud, las defensas de los enfermos siempre están por el piso y con este basurero pueden agarrar una infección más fuerte.
La ruma de basura se encuentra en una de las plazas del hospital, a menos de 50 metros se encuentra un parquesito, los niños ya no lo pueden usar porque las moscas y el mal olor lo invaden. Hablé con unos cuantos amigos que me aseguran que lo que está sucediendo dentro del hospital es falta de conciencia de los usuarios del centro pero a mi parecer esta responsabilidad recae en el departamento de higiene y de quienes se encargan de su limpieza, pues son muchísimas bolsas y una cantidad de basura regada por todos lados.
No solamente el centro de espera Divina Pastora se encuentra así, sino también las áreas verdes y los alrededores del Hospital Pediátrico y algunos espacios de la universidad.
La falta de salubridad e higiene en el centro tiene a más de uno preocupado, al hablar con algunos familiares de las personas que se encuentran recluidas en el centro me comentaban que les da asco sentarse en los bancos de la plaza, pues las moscas no les dan vida y las ratas ni se diga. Una enfermera me comentó que la basura tiene más de dos meses allí.