Euseglimar Gónzales | LA PRENSA.- La crisis alimentaria por la que están pasando los venezolanos ha sido un detonante para las familias de los presos en comandancias de policías.
Familiares de Enderson José Giménez Torres, de 21 años, quien murió el viernes aparentemente por desnutrición cuando estaba detenido en los calabozos de la Policía Municipal de Iribarren, contaron que al menos una vez por semana le llevaban comida y que un hermano era quien más lo visitaba. Toda la familia era del sector Los Sin Techos.
El joven iba a cumplir la semana entrante un año recluido por haber cometido un robo a una unidad de transporte público con arma de fuego.
“No todos los días le llevábamos comida, pero mi hermano iba semanal y le llevaba”, soltó Michell Giménez, hermana del reo fallecido.
Familiares de otros reclusos contaron a La Prensa que mantener a un preso es costoso y complicado, pues deben comprar alimentos bachaqueados y la escasez a veces no les permite llevarle las tres comidas diarias.
“De un plato de comida comen seis presos, entre ellos se comparten”, soltó la hermana de un recluido en la Comandancia de Polilara de la 30, quien no quiso identificarse.
Giménez comentó que hace un mes vio a su hermano y estaba muy delgado, destacó que hace como seis meses comenzó a bajar progresivamente de peso.
“Pasaba mucha hambre”, sostuvo una prima de Enderson, mientras los familiares daban detalles sobre él.
El director de la PMI, Héctor Medina, aseguró que debido a la crisis y escasez de alimentos regulados algunos familiares no pueden ir todos los días a llevar la comida de los reclusos.
“Sí hay desnutrición, hay reos que están flacos, pero es porque reciben comida una vez por día, mientras que hay otros que sus familiares no viven en Barquisimeto”, recalcó Medina.
Además, mencionó que como cuerpo policial no tienen un presupuesto para cubrir las necesidades de los detenidos. Detalló que en los calabozos hay 90 privados de libertad, los cuales 25 ya están penados y tienen entre cuatro y cinco años.
“Un detenido debe estar preso por 72 horas en una comandancia, pero eso no siempre se cumple y genera hacinamiento”, soltó Medina.
Además, comentó que en varias oportunidades le ha enviado comunicados a la Fiscalía del Ministerio Público y Defensoría del Pueblo para que los ayuden con el problema de desnutrición en los presos, pero no obtienen respuestas.
Crisis depresiva
Según narran los familiares, Enderson cayó en estado depresivo que lo llevó a la delincuencia y a omitir las comidas, luego que su madre, de 43 años, falleciera hace un año y nueve meses.