Euseglimar González | LA PRENSA.- “¡Ay, me lo mataron!”, lloraba el padre de Alirio Sánchez (36), asesinado ayer después de mediodía en el barrio La Cruz con calle 25.
Alirio trabajaba como taxista desde hace varios años. Una prima contó que “toda su vida se había dedicado a taxiar”. Los vecinos relataron que a las 12:30 de la tarde se escuchó una detonación, “como si fuera una explosión de una bombona de gas”, detalló una mujer. Minutos después de la detonación, salieron a ver qué había sucedido y vieron a un hombre que yacía en el asfalto de la calle 25.
Testigos comentaron que vieron cómo Alirio se desplazaba en su carro Spark azul por la calle, detrás de él iba una moto, minutos más tarde, Alirio se bajó del carro, dio uno 10 pasos y le dispararon.
Según los vecinos, el asesino se paró en la esquina a observar a la víctima, luego se montó en la moto y se perdieron. Los presentes trataron de auxiliar al hombre, pero cuando lo tocaron ya había muerto.
“Mataron a tu hermano en el barrio La Cruz”, recibió una llamada un hermano de Alirio, quien de una vez se dirigió al sitio y lo vio tendido en el piso. El cadáver estaba tapado con una sábana y cuando los familiares llegaron, levantaron la tela para identificarlo y el papá lo abrazaba y besaba por todas partes. Mientras que el hermano sostenía su mano y le daba besos.
Los familiares estaban llorando desconsolados y no dieron mayor información sobre Alirio. Se supo que la víctima deja huérfanos a dos hijas de 8 años y 10 años. Una prima de la víctima también contó que no era la primera vez que robaban a Alirio, pues hace un par de años le quitaron su antiguo carro.
Según los curiosos, dentro del carro quedaron unos billetes regados por en los asientos y decían que lo mataron para robarlo.