Luis González / EE | LA PRENSA.- Para los residentes de Cabudare y Barquisimeto, la avenida Ribereña es sinónimo de oscuridad, peligro e inseguridad. A pesar de innumerables inversiones, la más reciente realizada al distribuidor Jirahara con el levantamiento de un monumento; sigue sin agarrar vida la importante arteria vial.
Aunque la Gobernación del estado Lara, realizó una inversión de más de 50 millones de bolívares, a propósito del aniversario 464 de Barquisimeto, esta no repercutió en nada con su estado. Sigue siendo la misma: oscura y peligrosa, denuncian conductores y quienes residen en sus adyacencias.
Para quienes a diario hacen uso de la vía, lo mejor que pudieron haberle hecho fue colocar un buen alumbrado y demarcación, pero ‘levantaron un monumento del Indio Jirahara que ni se ve‘, dice de forma irónica, Dilcia Oropeza.
Por su parte, los residentes de Palavecino aseguraron estar de acuerdo con la obra pero que debieron tomar en cuenta restaurar la iluminación e incrementar puestos policiales para garantizar seguridad. “Me parece bien la obra porque representa nuestros orígenes, pero es lamentable que uno pasa en la noche y no se aprecia”, comentó Mario Vargas residente de cabudare.
Otros transeúntes se refirieron a fallas en el sistema de drenaje en algunos tramos que se inundan cuando llueve. “Debajo del distribuidor Jirahara se forma una laguna de gran magnitud, causante de incontables accidentes en la zona”, añadió Israel Rivero residente de Barquisimeto.
Larenses exhortan al gobernador Henri Falcón a realizar sus correcciones en toda la Ribereña. Aseguran que a las islas también les hace falta unos cariñitos. En algunas hay árboles muy grandes que necesitan de una poda y en otras no hay nada, por lo que la gente pide que sean mejoradas las áreas verdes sin embargo, lo que más urgen es el alumbrado.