José Najul | LA PRENSA.- “En Venezuela se instaló una demanda de cambio político desde el año pasado (…) La macropolítica está servida para un cambio en el país”, sentencia John Magdaleno.
Magdaleno es politólogo, magíster en ciencias políticas y especialista en análisis de datos en ciencias sociales, y considera que todos los indicadores macropolíticos apuntan a un cambio; sin embargo, asegura que nunca hay factores objetivos que determinen cómo y cuándo se materializará esa demanda de cambio, y mucho menos de qué manera podría terminar “porque puede garantizar que va a haber un final feliz”.
Señala errores políticos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), como el momento en el que condescendió a sentarse en la mesa de diálogo y la desactivación absoluta (aún no se sabe si transitoria) de la presión popular en las calles.
Aún así, considera que hay elementos positivos en el diálogo: el hecho de que estén apuntando al cambio de dos ejes de gravedad de la política nacional, como son el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), a través de los cuales se puede motorizar un cambio político de consulta popular.
A los “inmediatismos”, provenientes del ala radical de la Unidad, les advierte que la impericia política podría devenir en graves escenarios para el país.
Considera que hay factores determinantes para el cambio político que se podría estar avecinando, como el hecho de que, según Datanálisis, casi 7 de 10 venezolanos responsabilizan al presidente Nicolás Maduro (y a su cartera ministerial) de la crisis que atraviesa la nación.
El rechazo de Maduro, que ronda entre el 78 y el 80 %, es en promedio 10 puntos menor al que tuvo, efímeramente, el presidente Hugo Chávez en su peor época, julio de 2003, cuando padeció a un 69 % de la nación en su contra.
Además, detalla que hay una enorme erosión de la confianza en las instituciones públicas que, a su juicio, el Gobierno usa discrecionalmente para mantenerse en el poder, y que también hay una crisis de legitimidad cada vez más palpable y dura de sobrellevar para el Gobierno.