Euseglimar González | LA PRENSA.-“Abuela ya vengo”, fue lo último que escucharon los familiares de Yefraín Román Ibarra Briceño, de 21 años, quien fue tiroteado por cuatro hampones el miércoles en la noche.
Yefraín salió de la casa de su abuela en el sector Colinas de La Lucha, calle 3 con carrera 14, junto a su sobrino de 14 años. Iban a comprar Perrarina, pues su abuela le había pedido el favor.
Familiares de Ibarra estaban ayer a las afueras de la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda y contaron que el joven venía de regreso, con la bolsa de Perrarina.
Justo en la esquina de la casa lo sorprendieron cuatro delincuentes, y al perecer uno de ellos le comenzó a disparar. Recibió múltiples tiros en su cuerpo, pero uno de esos fue en el rostro.
Los homicidas luego de dispararle salieron corriendo por la misma calle 3, la cual se encuentra completamente en penumbras. El sobrino del hombre también corrió para protegerse.
Los familiares que estaban en casa escucharon al menos cinco tiros y salieron para ver qué estaba sucediendo.
“Cuando escuché los tiros salí corriendo y vi a mi primo tirado en el piso”, dijo con voz entrecortada Eucatherine Briceño.
Briceño relató que al ver a su primo en el piso tirado, de inmediato pidió ayuda a un vecino y en un carro lo llevaron al ambulatorio de La Carucieña, pero cuando iban llegando la víctima falleció.
A Yefraín sólo le quitaron dinero, pero aseguran que no era mucho. El sobrino de Ibarra quedó en shock y que “casi no habla” de lo sucedido. Se pudo conocer que Yefraín trabajaba como despachador de Lácteos Los Andes en la Zona Industrial de Barquisimeto. Su familia lo describió como una persona sana, alegre y trabajador.