José Miguel Najul | LA PRENSA.- La depresión se apodera de los comerciantes, que con miradas impotentes observan cómo se fugan potenciales ingresos, debido a la falla de los puntos de ventas y la escasez de efectivo que disminuyen la afluencia de los clientes que podrían adquirir sus productos.
La situación ha llegado a niveles preocupantes. Rita Betancourt, presidenta de la Cámara de Comercio del estado Lara, asegura: “A estas alturas los comerciantes tenemos una triple preocupación. Este colapso bancario ha generado que las pérdidas que ya de por sí se registraban por la crisis económica, vayan creciendo”.
Betancourt indica que, por los momentos, la Cámara no cuenta con cifras exactas sobre la cantidad de puntos que han fallado, y las pérdidas en transacciones que se han generado porque la situación aún sigue latente y acelerada, por lo que los datos no serían representativos de la realidad.
“La gente ha tratado de diversificar el acceso a su dinero y a los tipos de transacciones, pero aún así los problemas que padecemos siguen siendo los mismos”, expresa Betancourt.
Se suma conflicto
Por otra parte, manifestó que hay una “gran preocupación” en el sector comercial por la imposición de rebajas de precios que la Superintendencia de Precios Justos (Sundde) ha iniciado en el centro de Caracas, y podría extender hacia el resto de las entidades de la nación.
“Sería, nuevamente, una medida política de reducción artificial de los precios, como ha ocurrido antes. Pedir una rebaja sin revisar las finanzas ni los procesos de los negocios. Mandamos un llamado de alerta al Gobierno para que eviten esta situación”, expresó la dirigente gremial.
Como antecedente, los comerciantes manejan el caso de Daka, que ocurrió en 2013 justo en vísperas de elecciones municipales. Nicolás Maduro mandó a la gente a comprar y, en medio del frenetismo, se registraron saqueos, y posteriormente largas colas por electrodomésticos que la gente compró a precios pírricos para aquella época.