José Najul | LA PRENSA.- Desde que se instaló la mesa de negociación entre el Gobierno y la oposición, no han cesado los ataques. Desde dentro y desde fuera, voceros de ambas tendencias se han dedicado a alabarlo o a vilipendiarlo. Sin embargo, hasta el momento, más allá de la liberación de algunos denominados “presos políticos” la población venezolana no ha percibido ningún resultado concreto y mientras tanto la desesperación crece.
El diálogo es un proceso natural en cualquier escenario que se pueda denominar serio, también lo es la negociación. Lo que no es normal es que se utilice semejante escenario, que está vigilado por instancias internacionales, como un elemento de chantaje, de dilación o, en el mejor de los casos, un proscenio para brillar políticamente y buscar seguidores”, explica Marcos Moreno, politólogo.
Para el especialista, los resultados lo son todo. Y la mesa de diálogo actual presenta múltiples indicios de ser un fracaso en esta dimensión del asunto. Moreno asevera:
por supuesto que nadie puede esperar que haya resultados de buenas a primeras, pero lo que es necesario, un requisito sine qua non (condición que no puede ser soslayada), es que haya un cambio palpable en los actores políticos que intervienen en el encuentro y eso es, a mi juicio, el ingrediente que le ha faltado a este encuentro”.
En efecto, desde que comenzaron los encuentros, los adversarios, en lugar de apostar por la concordia, parecieran haber exacerbado los ataques y las amenazas, instrumentalizando al diálogo como un elemento para el chantaje.
Por parte del Gobierno hubo un amago de levantarse; además, han arreciado en los ataques institucionales en contra de la Asamblea Nacional y de
la Mesa de la Unidad Democrática.
Tampoco han permitido que se debata ninguna posibilidad de cambio político presidencial, como había solicitado la coalición opositora, que vio con impotencia la muerte del referéndum revocatorio, a pesar de que había cumplido con la primera etapa de una recolección de firmas para activarlo.
No han permitido que ingresen al país los medicamentos que podrían entrar a través de la habilitación de un canal humanitario, a pesar de que fue un punto expresamente colocado en el acuerdo, y han urdido nuevas estrategias para evitar que el parlamento nacional pueda cambiar los rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Por parte de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) han llovido las críticas internas. El ala más radical, compuesta por Vente Venezuela, partido de María Corina Machado, y Voluntad Popular, han criticado la mansa presencia opositora sin condiciones y la redacción de un documento de acuerdos con una terminología muy cercana a la retórica gubernamental.
“Nosotros estamos esperando que se den las condiciones para ir a un diálogo, pero hasta el momento no se han dado”, ha expresado Víctor Hugo Piña, coordinador político regional de Voluntad Popular.
Desde el PSUV, han asegurado que el foco debe ponerse en el escenario económico. Jhonny Colmenárez, dirigente regional de la tolda oficialista, considera que lo urgente es que la oposición se enfoque en los problemas concretos, en lugar de pedir cambios políticos a través de elecciones.
Mañana se vuelve a un encuentro, del que se esperan nuevas posturas o, finalmente, la suspensión de este escenario de concordia.