Joelis Sosa | LA PRENSA.- La venta de la masa de maíz pilado se ha incrementando. Jhonatan Mendoza, quien tiene un mini local en su casa en Pueblo Nuevo, asegura vender al menos 2 mil kilos de masa al día, pues ofrece el rubro al mayor y detal a un buen precio.
“Aquí llegan demasiadas personas de diferentes partes del estado. Hasta hacen colas”, exclama Mendoza, quien señala que apenas abre la puerta de su local ya hay personas esperando para comprar, asegurando que la masa así como llega, se va.
El precio del kilo de masa varía, está entre 700 bolívares y 900; todo depende del lugar donde se compre. Hay dos tipos la de maíz amarillo y blanco, pero según los expertos la de maíz amarillo es la más nutritiva a pesar de ser la menos buscada.
A lo tradicional
Luego de vivir 15 años en un caserío llamado El Tigre, Xiomara Ruiz se muda a Barquisimeto. Cambió su estilo de vida, hasta la forma de comer.
Su desayuno pasó de ser una arepa hecha de maíz pilado por una de harina precocida; pero luego de 20 años su dieta vuelve a dar un giro. La escasez de harina la ha llevado a revivir su niñez pilando maíz.
“En tiempos de crisis nacen oportunidades. Recuerdo mi infancia y me gano una platica”, dice Ruiz, quien se levanta todos los días a las 5:00 am para preparar la masa que ofrece al público.
Así como la familia Ruiz se encuentran muchos hogares de la entidad larense que han “revivido sus raíces” o han sobrellevado la escasez de harina con la masa de maíz que sigue siendo el resuelve de todos los guaros.
En el caso de Marisela Nelo, una mujer emprendedora que recibe en su casa el maíz de al menos 20 comunidades para pilarlo de manera gratuita. Con un pilón de maíz artesanal realizado por su esposo, esta mujer ha ayudado a muchos vecinos de San Jacinto y sus alrededores a sobrellevar la crisis, pues deja el maíz amarillo o blanco bien limpio para que los vecinos lo preparen en casa.