Gabriel Grisanti | LA PRENSA.- La hipótesis de infidelidad cobra más fuerza en el caso del asesinato de la “Niña” Mirlybeth Anaís Rivero, de 20 años, quien fue asesinada, decapitada y, hasta ahora, su cabeza no ha sido encontrada por las autoridades que investigan este terrible crimen cometido el pasado 30 de diciembre de 2016.
Informaciones recabadas por La Prensa en zonas cercanas al sitio del crimen detallaron que a la joven le quitaron la vida por, supuestamente, cometer una traición a un hombre que recientemente estuvo pagando cana en un centro penitenciario.
Sin precisar el tipo de deslealtad en la que, al parecer, incurrió la “Niña”, el equipo periodístico de La Prensa supo que el presunto exreo que la atacó junto a otros tres delincuentes es miembro de una pandilla dedicada a azotar diferentes zonas de la vía hacia Quíbor.
Sin embargo, dado el hermetismo que ha habido por parte de los funcionarios de la División de Investigaciones contra Homicidios del Cicpc y de familiares de la víctima, no hay nada preciso sobre este horroroso crimen.
Vecinos de la “Niña” tampoco aportan mayores datos de la muchacha. Sólo acotan que tenía dos años viviendo en la calle 5 del sector Renacer Crepuscular y que no trataba con casi nadie en la zona.
Ensañamiento
La noche del pasado 30 de diciembre, cuatro tipos irrumpieron en el rancho y sin piedad violaron a la “Niña” y a su hermana, una adolescente de 14 años.
Después de haber saciado su morbosidad, se dedicaron a picarla en diferentes partes de su cuerpo con un machete, decapitándola también. Desde ese momento la cabeza sigue sin ser encontrada. Funcionarios del Cicpc presumen que está enterrada, pues se han encargado de peinar cada metro de la zona cercano a la vivienda donde estaba el cadáver y nada que la localizan. Ya el cadáver fue entregado a los familiares quienes le dieron cristiana sepultura.