Anderson Piña | LA PRENSA.- A las 10:00 de la mañana de un día normal, la Prefectura de Iribarren, ubicada en el centro de Barquisimeto puede registrar cerca de 10 denuncias de mala convivencia ciudadana, así lo informa la prefecta Marielis Sánchez de Tamayo, quien asegura que los principales problemas que se presentan son la contaminación sónica por la música a alto volumen y el atropello a los vecinos y a sus propios familiares.
“Nada más en enero de 2017 se procesaron no menos de 113 denuncias”, señala Sánchez con un tono de voz firme, quien luego aseguró que en ese mismo mes, pero del 2016 se registraron 45; elevando a un 151 por ciento los casos de mala convivencia ciudadana, en comparación a otros años.
Las sanciones para vecinos malvivientes pueden ir desde el pago de 100 Unidades Tributarias (UT) o de obras sociales en los diferentes lugares de Barquisimeto.
Aunque la prefecta explica que se ven mejores resultados cuando la gente limpia una calle, que cuando paga la multa.
La encargada del orden barquisimetano también advierte que la depresión en los guaros es el primer factor de la intolerancia ciudadana. Las razones son la falta de empleo, la crisis alimenticia y de medicamentos, así como la disminución del poder adquisitivo, y eso conlleva a la ira, violencia y hasta en el peor de los casos pueden terminar en homicidios.
Pese a la situación, la Prefectura en alianza con los cuerpos de seguridad del estado Lara y conjuntamente con el equipo multidisciplinario realizan jornadas llamadas “La Prefectura va a tu escuela, al campo y a la comunidad” para dictar charlas, asesorar a los niños, jóvenes y adultos sobre las normas y reglamentos de la convivencia ciudadana.
“No podemos decir que los valores se han perdido, la realidad es que la gente los ha echado a un lado”, sustenta Marielis, quien también observa con preocupación la gran cantidad de niños en situación de calle. “Aquí tenemos casos de mamás que vienen de Portuguesa, Barinas y Yaracuy a comprar comida y mientras hacen la cola mandan a los hijos a pedir dinero en los semáforos”, lo cual produce descontento en los transeúntes y choferes que a diario circulan por los cuatro puntos cardinales de la región crepuscular.
Con respecto a eso, la prefecta también explica que las “casas de abrigo” no dan abasto para atender a tantos niños, actualmente en el área barquisimetana sólo hay cinco, de las cuales el Fortunato Orellana cuenta con más de 15 infantes.
Zonas denunciadas
Los sectores que presentan más denuncias por la colectividad municipal son la avenida Lara con Leones, la plaza Juan Guillermo Iribarren y la calle del hambre de la avenida Libertador. Mientras al oeste de Barquisimeto, la calle 54 con carrera 19 y la avenida Corpahuaico son donde se presentan mayores decibeles de contaminación sónica, como también la ingesta de bebidas alcohólicas.
Vecinos de las zonas prefirieron resguardar sus identidades, pero aseguraron a La Prensa que esos bochinches la mayoría de veces se extienden hasta las 4:00 de la mañana. Aparte, denuncia que en muchos casos la Policía no tiene autoridad.