Osman Rojas | LA PRENSA.- El primer trimestre del año está por terminar y Carlos Javier Silva no ve cercana su fecha de operación. El señor, de 44 años, llegó el pasado 17 de enero al Hospital Central con una hernia que no le permite trabajar. Luego de permanecer 48 horas internado en la institución los médicos dijeron que debía ser operado. Desesperado, Silva se hizo todos los exámenes y fue anotado en una lista de espera que parece no terminar jamás.
“Los exámenes se van a vencer y todo el tiempo dan una excusa distinta. Antes era que no había pabellones o que faltaba la anestesia, ahora nos dicen que no hay médicos”, lamenta Luisana Silva, hija de Carlos en conversación telefónica con La Prensa.
La historia del señor Silva es el pan de cada día en el Antonio María Pineda. El centro médico tiene una lista de espera que supera las mil personas, a pesar de contar con 12 pabellones más de lo que tenía cuando arrancó el año.
Jesús Guarecuco, residente de cirugía en el Hospital Central, relata que la falta de insumos y la ausencia de especialistas limita en un 80 por ciento la operatividad de la institución. “Vamos priorizando emergencias porque no podemos darle respuesta a todos los enfermos. Nos faltan unos 20 anestesiólogos y la misma cantidad de cirujanos, así es muy difícil”, comentó Guarecuco.
Según los datos recaudados por el equipo reporteril, el área de traumatología es el servicio que más pacientes tiene en lista de espera con 349 casos. Los enfermos con cáncer tienen prioridad en el centro médico, a pesar de ello son 235 personas las que se encuentran esperando un cupo para ir a pabellón.