Gabriel Grisanti | LA PRENSA.- Según el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, la única manera para que cesen las protestas que han venido intensificando dirigentes juveniles y simpatizantes de las organizaciones políticas pertenecientes a la MUD es que se realicen elecciones libres, que haya pleno respeto a la AN, se abra un canal humanitario y sean liberados los presos políticos.
Tal parece que ese argumento es el que han tomado como mayor motivación quienes aún se niegan a ceder espacios en toda Barquisimeto, provocando enfrentamientos con funcionarios de la GNB y PNB.
Aunque a través de las redes sociales abundaban comentarios sobre múltiples cierres de vías y disturbios callejeros en las zonas este y oeste del municipio Iribarren, al final fueron pocos, pero muy intensos.
Nuevamente, ayer los grupos de adolescentes y jóvenes que residen en la urbanización Antonio José de Sucre y en otros sectores adyacentes se armaron con sus implementos de combate: bombas Molotov, piedras, cohetones y envases plásticos contentivos de gasolina para desafiar a los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana.
Quienes protestaban, se ocuparon de atacar a los militares por todos los costados desde las esquinas y montados sobre las azoteas de los edificios.
Los uniformados se protegían cada vez más con sus escudos e implementos antimotines conforme se arreciaba las acciones “guarimberas”.
Incluso, funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana llegaron a la avenida Libertador con calle 33 para repeler los ataques de los protestantes.
Además, a la altura de la pasarela, cerca del arco de entrada al pueblo de Santa Rosa, despegaron los adoquines puestos a lo largo de la isla central por la Alcaldía de Iribarren quienes se distribuyeron entre la redoma de la Divina Pastora y el puente de Yacural para devolver a los vehículos que iban bajando hacia el municipio Palavecino.
A la altura de la urbanización La Hacienda se formaron largas colas de vehículos estancados, esperando que los protestantes de Valle Hondo despejaran la vía, y no respondieran con piedras y objetos contundentes.