Cristina Linárez | LA PRENSA.- Cada día que pasa el agua se ha convertido en uno de los servicios más caros para los guaros. Quienes no poseen éste servicio por tubería son los más afectados. El agua que les suministran los cisterneros no es suficiente y han tenido que pagar 4 mil bolívares para que les llenen sus pipas o un tanque.
Pavia, El Roble, La Guadalupe, Bobare, La Lucha, Los Pocitos, Villa Rosa, La Carucieña, El Cují, Tamaca, Rastrojitos y Yucatán, entre otras comunidades de la zona norte son algunos de los sectores afectados que tienen como única manera de obtener agua la llegada de los cisterneros (del llenadero San Juan y Jacinto Lara), quienes de manera gratuita surten de agua a los habitantes.
Sin embargo, según los cisterneros de los llenaderos, diariamente la Gobernación (a cargo del llenadero Jacinto Lara) y la Alcaldía de Iribarren (a cargo del llenadero San Juan) sólo les pagan por tres viajes, y con cada viaje sólo pueden llenar cuatro pipas en cada vivienda.
Los cisterneros en su mayoría poseen camiones con capacidad para 8 mil litros de agua. Y como sólo tienen permitido llenar cuatro pipas de 140 o 200 litros por vivienda, con cada viaje sólo abastecen a 10 familias, dejando a muchas mirando lejos.
Habitantes de las comunidades ya mencionadas en reiteradas oportunidades se han quejado de las fallas en el servicio de agua con los cisterneros, viéndose en la obligación de pagarles a cisterneros particulares (que llenan en pozos clandestinos), quienes le sacan los ojos a la gente con los precios por cada pipa.
José Torrealba, habitante del sector Yucatán, dijo que las rondas de los cisterneros de los llenaderos no son constantes y a veces duran 15 días sin pasar. Asegura que estos llenan cuatro pipas por vivienda cuando van y no es suficiente para una familia.
“Eso sólo alcanza para lavar la ropa, cuando necesitamos también para cocinar y para bañarnos, se nos está negando algo tanto vital para el ser humano”, manifestó.
Además de afirmar que hay cisterneros que se aprovechan de las necesidades de la gente y cuando se enteran de que no tienen agua, llegan al lugar vendido la pipa de agua entre 2 mil y 4 mil bolívares.
Buscan resolver
Ante las necesidades de la gente, los cisterneros de los llenaderos, luego de los tres viajes que les paga la Gobernación y Alcaldía, hacen hasta dos viajes más; pero de manera particular para obtener más beneficios y cubrir las necesidades de las comunidades que aún no tienen el vital líquido.
William Figueroa, cisternero del llenadero San Juan, dice que en los viajes particulares la pipa de agua la venden entre 1200 o 1500 bolívares a las comunidades que se lo solicitan, y los 8 mil litros de agua del cisterna los venden entre 25 mil y 30 mil bolívares, dependiendo de que tan lejos esté ubicado el sector.
Y resalta que también ante la baja frecuencia de agua por tubería en algunos lugares como: clínicas, empresas, autolavados y edificios, estos han solicitado de sus servicios particulares.
Los viajes particulares no son realizados de manera frecuente por cisterneros del llenadero San Juan, debido a que hay días en que éste amanece vacío o se va el agua muy temprano, y de milagro hace los tres viajes que les corresponde, mientras que en el de Jacinto Lara no hay problemas de este tipo.