Ágatha Reyes | LA PRENSA.- Este 2018 se perfiló negro para los fabricantes de hamacas y chinchorros de Tintorero, que ven cómo los telares van quedando de adornos, por el alto costo de los hilos importados y las pocas ventas que tienen. Lo que los lleva a tener la soga al cuello, pues sus ingresos son casi nulos en una de las estaciones turísticas y artesanales más importantes del estado Lara.
Y es que un kilo de hilo importado de Ecuador, puede llegar a costar hasta siete millones de bolívares, cuando en años anteriores no llegaba al millón. “Estamos sobreviviendo porque aparte de que no hay ventas, los materiales se han vuelto casi incomprables”, dijo Yosmary Aranguren, quien junto a su familia tiene más de 30 años como fabricantes de hamacas y ve cómo el negocio que con tanto esfuerzo levantaron hoy no les funciona para subsistir.
Para una sola hamaca se necesitan al menos cuatro kilos, lo que equivale a una inversión de 28 millones de bolívares, sin embargo los ingresos diarios no rinden para realizar la compra. Esta situación los ha llevado a recurrir al hilo de reciclaje que tiene un costo de cuatro millones “uno compra la ropa usada y la envía a una empresa en Maracay y allá la procesan, esa es la opción que muchos tienen. Pero tampoco es muy rentable”, soltó Aranguren.
El alto costo de la materia prima hace que las hamacas y chinchorros también se vuelvan incomprables, una hamaca individual puede costar 50 millones, mientras que la matrimonial alcanza los 120 millones, sin embargo estos precios pueden variar dependiendo del material y tipo de tejido que tenga.
Carlos Sequera, representante textil de Tintorero, asegura que debido a la hiperinflación que hay en el país, los artesanos están llegando casi a la quiebra. Refiere que ni siquiera en las épocas altas han logrado tener un margen de ganancia que les permita mantener los negocios activos. “Tenemos cuatro épocasque son las más movidas, pero este año ha sido todo lo contrario: Carnaval y Semana Santa estuvieron muy apáticos, nos queda la feria que está en duda y diciembre, pero no hay mucha esperanza”, dijo.
Además hace un llamado a la gobernadora del estado, Carmen Meléndez, para que visite la zona y cumpla con la promesa de enviar recursos para que este año se materialicen las ferias Turísticas y Artesanales.
Se pierde el turismo
Tintorero no es el mismo de hace algunos años atrás. Las paradas turísticas ahora permanecen vacías y los visitantes extranjeros y de otras regiones del país ya no se aparecen por la zona.
“La gente está buscando qué comer, no en ir a conocer o visitar las zonas emblemáticas”, dijo María Colmenárez, quien asegura que se ha ido perdiendo la cultura turística larense y eso los afecta económicamente porque ya no hay quien compre las artesanías, ni recuerdos que los locatarios tienen en sus exhibidores. A pesar de tener la facilidad de pago por transferencia explica que las ventas han bajado casi en un 75% lo que los ha llevado a incursionar en otras áreas para poder comer y llevar el sustento a sus hogares; “ahora buscamos trabajar con la agricultura”.