José D. Sequera | LA PRENSA.- Estudiantes que están a punto de graduarse hacen de lo imposible posible para lograr reunir el dinero suficiente para poder pagar su paquete de grado, cuyo costo llega a superar los 8 millones de bolívares.
Cristian Escalona se graduará de bachiller y dice que junto a sus compañeros ha hecho desde vendimias, rifas y hasta operación pote porque cada uno necesita reunir unos 4 millones de bolívares para el paquete.
“Desde que comenzó el año empezamos con esas actividades, además que debemos reunir dinero para la fiesta que estamos organizando. Queremos disfrutar a lo grande”, manifiesta el jovencito; sin embargo, asegura que en otras instituciones no hacen lo mismo.
Otra modalidad que también es muy usada es la organización de fiestas “prograduaciones”. Estas fiestas son organizadas por la misma promoción en locales nocturnos, cuya entrada actualmente varía entre 600 y 1 millón de bolívares, dependiendo del lugar y si viene incluida comida o bebida.
Después de un recorrido realizado por cuatro casas de grado de la ciudad, se pudo constatar que los paquetes oscilan entre cuatro y ocho millones de bolívares. En todos los casos se maneja el pago por cuotas mensuales.
El paquete de grado que se está vendiendo en la mayoría de preescolares, primarias y bachilleratos es el “básico”, que sólo incluye el acto, la misa, portítulo, medalla, álbum con fotos, además del alquiler de la toga y el birrete; es decir, que fiestas y caravanas ya no son organizadas por estas empresas.
“Montar una caravana o una fiesta sale demasiado costoso, si la promoción quiere eso deben organizarlo por su propia cuenta”, expresa Germán Barradas de El Graduando de Hoy.
El señor asegura que este año la cantidad de licitaciones bajaron debido a la hiperinflación y el cierre de colegios. “Nosotros cuando visitamos a los colegios en octubre ofrecíamos el paquete a 200 mil bolívares, quien pagó la cuotas fielmente pagó eso, pero quien se atrasó le toca pagar los ocho millones”, completa.
En Graduaciones Montesco, el mes de junio era un mes ajetreado, pues solían tener múltiples graduaciones —especialmente de universidades—, pero este año el negocio está chucuto.
“Eso bajó mucho, no creo que se lleguen a 20 graduaciones para este año porque los precios aumentaron mucho”, señala una trabajadora de la casa de grado.
Padres aseguran que aunque el sueño de ver a sus hijos “de toga y birrete” se mantiene intacto, gastar tanto dinero lo consideran un lujo. Marisela Álvarez es ama de casa y considera que en su hogar hay otras prioridades antes que un acto de grado.
Ese momento es muy emocionante, pero ahora el dinero sólo alcanza para comprar comida. Lo importante es que el hijo de uno se gradúe y obtenga su título”, enfatiza.