Jennifer Orozco | LA PRENSA.– Fractura de cráneo, fémur y brazo, y el móvil es un posible suicidio. Este fue el diagnóstico del médico patólogo e investigadores del Cicpc tras el estudio forense practicado al cuerpo hallado en estado de putrefacción en las abandonadas torres de El Sisal, al oeste de la ciudad de Barquisimeto.
El forense explicó que, debido a las características de las fracturas, el hombre pudo haberse lanzado de un piso 6 de la misma torre y murió al caer en el suelo. El cuerpo pertenece a un hombre de entre 30 a 35 años, con una estatura aproximada de un metro 70 centímetros, contextura gruesa y de piel morena.
Vestía un short deportivo negro, una franela negra y zapatos deportivos de tela blancos, tipo Paseo. Entre sus pertenencias no hallaron ninguna identificación y por lo quemado de la piel fue difícil notar algún lunar o tatuaje.
En la morguecita del Cementerio Municipal tampoco se presentaron familiares ni alguna persona para identificarlo. El cadáver quedó en morguecita hasta que aparezcan parientes para reconocerlo.
Con plomazo
En la morguecita, pero de Aregue, municipio Torres estaba el cuerpo de Jonathan Rodríguez, quien habitaba en Carora y fue hallado sin vida después de 72 horas de desaparecido vía Curarigua.
El joven presentó un disparo en la cabeza, según versión policial y donde fue hallado probablemente sería el sitio de liberación, mas no la escena del crimen. Sus familiares confirmaron su identidad y se lo llevaron para darle cristiana sepultura en Carora, mientras que funcionarios del Cicpc investigan el caso del crimen de Jonathan.
Del tercer cuerpo hallado en estado de putrefacción en una fosa común del Cementerio Municipal no se obtuvo más información y al parecer la misma comunidad tuvo que hacer el trabajo de profilaxis, tapando al muerto con tierra de los alrededores del terreno para evitar la contaminación y calmar el mal olor que se esparcía cada vez más.