Ágatha Reyes | LA PRENSA.- Venezuela entra en una etapa indefinida de incertidumbre, donde un cambio político no se avecina porque no hay reglas claras de juego. Sin embargo, hay un gobierno que está debilitado porque no tiene recursos y sin plata no pueden gobernar.
La aseveración corresponde a Luis Salamanca, politólogo, quien explica que tanto la empresa privada como el ciudadano común están a la expectativa de lo que pueda ocurrir una vez pasados los comicios presidenciales que fueron objetados desde su convocatoria y donde resultó reelecto Nicolás Maduro.
El analista explica que a corto o mediano plazo no se ve una recuperación económica, tomando en cuenta que la presión internacional luego del 20 de mayo se ha ido agudizando hasta el punto en que se impiden transacciones comerciales, aunado a la falta de recursos económicos y el “quiebre de la empresa petrolera, que es el principal ingreso monetario del país”.
Este planteamiento de Salamanca es respaldado por representantes de los distintos gremios empresariales regionales que manifiestan que a simple vista no se avizora un cambio económico, sino un agravamiento de las condiciones del venezolano.
Tal es el caso de Giorgio Renni, presidente de la Cámara de Industriales y vicepresidente de Fedecámaras, capítulo Lara, quien explica que si no hay una rectificación gubernamental no habrán mejoras económicas que permitan levantar el sector productivo del país.
Renni, en diversas oportunidades ha manifestado que la empresa privada actualmente trabaja con menos del 50 % de su capacidad total y que a causa de la galopante inflación que, según la Asamblea Nacional se ubicó en 80,1 % para el mes de abril las empresas siguen bajando sus santamarías.
Aunque con la reelección de Maduro el panorama económico se torna gris, Renni manifiesta que se mantienen “optimistas, pues el empresario es terco”.
En la incertidumbre que ahora baña la cotidianidad de empresarios y obreros, Salamanca no descarta que el compendio de dificultades que ahora debe enfrentar el gobierno encabezado por Nicolás Maduro produzca un epicentro de crisis interna en el oficialismo; “es decir, en el bloque de poder”, dando paso a un cambio; sin embargo, ratifica que es un caso hipotético.
Retaliaciones
Varios factores analizan representantes de diversas ONG sobre lo que se avecina en materia de derechos humanos. Por un lado estiman que se dé continuidad a un ciclo de “retaliaciones o persecución política”.
Según Manuel Virgüez, miembro del Movimiento Vinotinto, la baja participación podría llevar a que desde el gobierno se “hostigue” al empleado público que decidió no participar en la jornada electoral que no contó con el reconocimiento internacional.
“No se puede esperar algo distinto, el gobierno ha utilizado la retaliación y persecución hacia los empleados en diversas oportunidades, por lo tanto ese panorama no se descarta”.
En este caso, Nelson Fréitez indica que las organizaciones de derechos humanos deben estar atentas para dar el respaldo necesario e incrementar el expediente que desde la oposición llevan en relación a las violaciones que “ha ejecutado el Gobierno nacional”.
Además, agrega que la oposición debe dar una lectura correcta al paso siguiente, pues describe tres factores que deben tomar en cuenta: “estrategia conjunta, liderazgo unitario e inclusión de todos los sectores que hacen vida social, económica y productiva en el país. Vienen días complejos en Venezuela que requieren de sabiduría colectiva”.