Euseglimar González | LA PRENSA.– Las amenazas de muerte se cumplieron. En medio de dos camas estaba el cuerpo, bocabajo, de María Mercedes Fréitez Falcón (35). Sus piernas y brazos estaban quemados, tenía la cara enterrada al piso y debajo un charco de sangre. A la mujer la mataron supuestamente a golpes y dentro de su cuarto le rociaron gasolina. El hecho ocurrió el viernes a las 7:30 de la noche en el sector Las Brujitas de Bobare.
Aparentemente a María la habían amenazado de muerte varias veces, luego de que ella denunciara ante Polilara y Policía Nacional Bolivariana (PNB) a unos choros que se habían metido dos veces a robar a su casa en diciembre. La familia señaló que hace un mes la mujer recibió una amenaza: “te vamos a matar por sapa”, le dijo uno de los criminales.
Cuentan que María llegó el viernes en la noche junto a sus dos hermanos a la casa, estuvieron un rato conversando y luego se fueron a una de las casas aledañas a la vivienda. María les dijo que iba a preparar un jugo y la cena. Familiares presumen que apenas los hermanos de la mujer salieron de la vivienda los hampones ingresaron.
La cocina da hacia el patio de la casa, María estaba preparando el jugo, al parecer los hampones cortaron la electricidad y fue justo en ese momento en que ingresaron los hampones y la atacaron. No hubo gritos y no se escucharon detonaciones, por lo que fuentes policiales presumen que a la dama la golpearon y arrastraron hasta el cuarto. Detallan que desde la cocina hasta el primer cuarto de la vivienda había rastros de sangre.
Relatan que el sobrinito de María le dijo a su papá que olía a quemado, pero todos se asomaron y no lograron ver nada. Minutos después el hermano de la mujer le dice a su hijo que vaya a la casa de María para que tome jugo y fue en ese momento cuando el niño ve cómo del cuarto salían las llamas. De inmediato avisó a su padre.
El hermano cuenta que al principio pensaron que el cuarto se estaba quemando por un cortocircuito, porque en la casa no había luz. Como pudieron apagaron el fuego, pero ya María estaba muerta. Su cuerpo esta semidesnudo y quemado. Las llamas consumieron los tres colchones de la cama, ropa y otros artículos que estaban dentro.
Los criminales dejaron la puerta abierta y apenas la familia entró vieron que en la cocina había sangre y de una supieron que se trataba de un homicidio. Los tipos luego de prender candela el cuarto cargaron con tres baterías de los carros del taller que funciona dentro de la vivienda, una bombona de gas doméstico; dos cauchos y un molino.
A pocos metros de la vivienda quedaron los zapatos rojos de María, su pantalón y unos productos de alimentación, presumen que a los hampones no les dio chance llevarse todo. “Si la iban a robar porqué le hacen eso. Porqué hay tantas personas malas en este mundo”, se lamenta la madre de la mujer, mientras que está sentada y mira hacia la casa en donde está el cuerpo de su hija.
Familiares de la joven contaron que al puesto de venta de arepas pasaban dos hampones, quienes eran los que supuestamente amenazaban a la mujer. Aseguran que los tipos se trasladaban en moto y cuando la veían le enseñaban un chopo.
El viernes en la mañana María habló con su madre y ella le decía que ella ahora andaba con precaución por las amenazas de los hombres. Ella tenía mucho miedo de que le pasara algo, pero supuestamente, dijo que si los malandros la robaban de nueva iba a denunciar otra vez.
“A ella la mataron por venganza, porque ella denunció a esos hampones. Tiene que hacerse justicia por la muerte de mi hija”, se lleva las manos a la cabeza y sus ojos se llenan de lágrimas. Funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc llegaron al sitio del suceso para hacer el levantamiento del cadáver y hacer todas las experticias.
Tardaron alrededor de una hora colectando todas las evidencias, para luego trasladar el cuerpo hasta la morgue del Hospital de Barquisimeto, en donde le practicarán la autopsia que revelará las causas de la muerte. “Tengo miedo de denunciar, pero si no lo hago qué hago. Me pueden matar a toda mi familia”, dijo con voz entre cortada la madre de la mujer.