Estefany Figueroa | LA PRENSA.- “Es la primera vez que la crisis golpea tanto al sector universitario”, dijo la profesora Blanca Terán, presidenta de AproUpel cuando resumía que las casas de estudios de Lara están en las horas más bajas de su historia.
Déficit presupuestario, áreas físicas casi en el abandono, pocos estudiantes, pues se van del país huyendo de la crisis, profesores y trabajadores malpagados, nivel académico tambaleante por las limitaciones y hasta facturas políticas tienen al sector universitario más golpeado que saco de boxeo.
“Todas estas medidas de reducción de presupuesto y de mantener ahorcados a las universidades parece una estrategia del gobierno para que las universidades cierren las puertas”, analiza Terán, quien cierra desafiante con la frase de que ellos como sector educativo “no les darán el gusto”.
Desde el año 2007, el presupuesto para las universidades públicas ha sido reducido, lo que ha generado conflictos a cuenta gotas en áreas como el comedor y el transporte y parece que estos dolores de cabeza nunca se fuesen a acabar.
Cuenta Terán y Déborah Velázquez de Valecillos, presidenta de la Asociación de Profesores de la UCLA, que muchos de los profesores se han visto en la necesidad de subsidiar prácticas para que los chamos puedan ver clases, en pocas palabras, los docentes han tenido que sacar plata de su bolsillo para comprar elementos que necesarios para hacer evaluaciones.
“Los estudiantes son conscientes de lo que ocurre y muchos ayudan, pero hay otros que no aguantan; no pueden ni pagar el pasaje para ir a estudiar”, expresa la representante de Apucla.