José D. Sequera | La Prensa.- Ayer en la morguecita —ubicada en el Cementerio Municipal de Barquisimeto—, en plena autopsia a los cadáveres encontrados en la vía a Buena Vista se le pudo ver un tatuaje a uno de ellos que dice “El Neka” ubicado en el área superior del pecho.
Entre los otros descubrimientos de los funcionarios del Senamecf, encargados de estas prácticas, es que se presume la asfixia por ahogamiento como causa de muerte.
Hay que recalcar que los forenses aseguraron que ninguno de los dos cuerpos tenía signos de tener heridas por arma de fuego o blanca, a pesar de que en un principio se creyó que podrían haber sido asesinados a balazos.
La autopsia arrojó que al momento en que fueron hallados tenían entre tres y cuatro días muertos. En cuanto a las características físicas, se creen que los dos eran hombres jóvenes entre 18 y 25 años.
Hasta los momentos, ningún familiar ha reclamado los cuerpos; por lo que los investigadores esperan que con el descubrimiento del tatuaje alguien pueda reclamar uno o ambos cadáveres.
Estos cuerpos fueron hallados en el cauce seco de una quebrada ubicada en la curva “Muertico Loco”, en el sector Cerro Frío de la vía hacia Buena Vista.
Se conoció mediante fuentes policiales, que el viernes a eso de las 6:00 de la tarde un campesino iba deambulando por el lugar y pasó por un puente que pasa sobre una quebrada —en ese momento seca—, y vio los dos cuerpos tirados entre tierra y piedras.
El hombre caminó con rapidez hasta llegar a la comisaría de Polilara en Buena Vista para avisar lo que él había visto. Los uniformados que estaban allí destacados notificaron a la comisaría de La Paz para que hicieran el recorrido.
Un total de cinco motorizados rondaron por la zona, pero debido a lo oscuro no lograron ubicar el sitio del hallazgo. No fue sino hasta ayer al mediodía que los uniformados lograron localizar el punto exacto.
La escena era de película de terror. Ambos cuerpos desnudos estaban separados por unos 20 centímetros; estaban bocarriba con piernas y brazos extendidos.
Tenían la piel en estado de descomposición y con huecos en la zona de las costillas, axilas y piernas. En las cuencas no estaban los ojos, pues los zamuros se los habían comido.