Anaís Mendoza | LA PRENSA.- La “generación de oro”, no es más que una frase semejante a una utopía. La crisis de Venezuela arropa al deporte, los atletas abandonan sus disciplinas ya no hay equipos sólidos ni atletas del alto rendimiento, algunos han decidido marcharse fuera del país para conseguir una mejor calidad de vida.
Colombia, Perú y Ecuador, son algunos de los destinos de los atletas que se han marchado a otros países y dejando a un lado su futuro como brillantes deportistas, para dedicarse a cualquier tipo de trabajo en el exterior.
Ser un deportista élite ya no es una prioridad para Albert Rojas, el joven fue jugador de baloncesto en la categoría U-15, y preselección de Lara, pero en el año 2014, se marchó a Colombia junto con sus padres para conseguir mejorar su calidad de vida.
«Me dolió mucho dejar el deporte, cada vez que llegaba de entrenar, mi papá me decía que teníamos que irnos porque no teníamos dinero para los gastos en la casa y como yo era menor de edad me tuve que ir y yo sentía que tenía talento ahora trabajo en un restaurante de comida rápida”, escribió través de una entrevista por la red social Facebook.
Hernán Mujica entrenador de boxeo en el gimnasio Omar a Catarí ve con preocupación el futuro del deporte en Venezuela, se quejó porque al gobierno no le interesa mucho invertir en las disciplinas deportivas.
“Aquí en el gimnasio no hay guantes, y los chamos hasta entrenan sin zapatos. Entonces cómo pueden traer medallas si no tienen becas y ni hablar de la alimentación; hay atletas que vienen a entrenar sin comer”, dijo con mucha preocupación mientras mandaba a calentar a sus atletas.
Lo mismo opina el profesor de pesas Wilmer Amaro, quien expresó que tres de sus mejores atletas que formaban parte de la selección de Lara, se marcharon el mes pasado del país y ni siquiera avisaron.
“Se fueron como desesperados y la verdad yo los entiendo, cuando entrenaban se desmayaban porque no tenían fuerza; muchos decían, que no habían almorzado y que querían irse sólo para poder mandarle comida a sus padres. No sabemos para qué país se fueron”, dijo con mucho lamento.
Aunque en las Asociaciones Deportivas de Lara, consultadas por La Prensa no cuantifican las cifras de los atletas que se han ido del país, Carlos Sánchez quien se desempeña como entrenador de esgrima de la selección de Lara, ha visto cómo desde el año 2016, 16 esgrimistas han abandonado la selección.
Se han ido a trabajar como vendedores informales, mesoneros, dejando a un lado el deporte. De acuerdo a su asistencia ahora sólo cuenta con 16 atletas y dice que preparar a un atleta lleva todo una vida, y que abandonen de la noche a la mañana, los desanima mucho.
Es muy triste. El talento se está yendo y todo porque no reciben el apoyo del gobierno. Los atletas pagan sus traslados y muchos no vienen a entrenar porque ni para los pasajes tienen. Eso hace que la calidad de las competencias sean precarias”, aseguró.
Ana Soto de 19 años, quien formaba parte de la selección de Lara de Taekwondo, se marchó el año pasado a Colombia, y ahora trabaja en puesto de comida rápida
mexicana, y con ese trabajo se mantiene y ayuda a su familia.
Me vine con una amiga, porque no podía más.Entrenaba y mis padres se quedaban sin dinero así que con todo el dolor de mi alma dejé todo. Tal vez en el deporte hubiese
dado más, comentó a través de una conversación por correo electrónico.