Osman Rojas | LA PRENSA.- En las esquinas del centro es común ver a los vendedores informales comercializando pan salado. En bolsas transparentes y en paquetico de 10 piezas las personas ofrecen la mercancía a todo el que transite por los alrededores.
El precio de la bolsa es relativamente económico, 30 mil bolívares por los bollitos nada fuera de lo común, salvo por una cosa: el pan es el regulado, ese que generalmente ofrecen las panaderías una vez al día y que sólo cuesta 10 mil bolívares.
“Uno hace esto por la necesidad. De verdad que indigna muchísimo mantener a sinvergüenzas que lo único que hacen es pasar 20 minutos en una cola para comprar pan a precio regulado. La señora que esta allí (señala a la derecha, justo en la esquina de la carrera 19 con calle 28) compra cinco bolsas al día que luego revende a precios especulativos y hace 100 mil bolívares ahí sentada”, dijo Albina Padilla, quien trabaja en el centro y asegura que su horario le impide hacer colas para comprar pan en las mañanas.
Por lo general, las personas que se dedican a la venta de pan “cazan” la hora en la que el producto sale regulado. En la mayoría de panaderías las personas pueden vender una o dos bolsas, dependiendo de la cantidad disponible. Las personas de la tercera edad gozan de un beneficio mayor pues reciben hasta 30 piezas en una sola compra.
“Uno hace los bollos porque rinde mucho más la harina. El pan francés desperdicia mucha masa y eso termina siendo pérdida. Nosotros vendemos el pan por lo general a las personas de la comunidad y como ya sabemos quiénes son los que compran aquí les damos una concesión especial. Hay personas que sabemos que tienen familias numerosas y a ellas se les vende más pan, lo que hagan con el producto en la calle no nos compete”, explicó Saúl González, vocero de Asopan y encargado de una pequeña panadería en Barrio Unión.
El panadero condenó la venta del producto en las calles y dijo que una de las formas de disminuir esto es metiendo preso a todo el que comercialice sin permiso. “Esto no es nuevo. Desde hace dos años los panaderos hemos visto cómo en las mañanas se forman colas gigantescas de personas que vienen a comprar pan. En 40 o 50 minutos el cargamento de pan se vende y eso es porque hay familias enteras que se forman para comprar y luego vender”, dijo González.
La Prensa hizo un recorrido por la ciudad para constatar las denuncias que han llegado a este rotativo sobre la venta de pan. El equipo reporteril pudo comprobar que luego de las 12:00 del mediodía los puestos del centro se llenan de bollos de pan salado prestos para la venta.
Tan popular es la venta de pan en las calles que algunas bodegas o casas de familia en zonas populares, como Barrio Unión o Andrés Bello exhiben el producto en mesas para venderlo.